Es domingo, luce el sol y hay buena temperatura, salgo con la bici a dar un garbeo por el parque que bordea la ribera del Henares. Está a tope, gente en bicicleta, patinando o haciendo footing, abuelitos al sol y padres dando la suelta a niños en bicis sin ruedines. Llevábamos una temporada de mal tiempo y en cuanto ha salido el Lorenzo el personal se ha echado a la calle como si fuera el día antes del fin del mundo, el domingo promete. Me acerco al centro a una tienda de deuvedés, libros y vinilos de segunda mano a rebuscar un rato sin ton ni son y encuentro por cuatro euros una joya del cine negro de serie b, Detour nada menos, salgo de allí como si me hubiera tocado la primitiva.