Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
Un misterioso sol amanecía.

José Hierro

sábado, 15 de marzo de 2014

Bibliotecas

Pego la hebra con el bibliotecario de la biblioteca pública a la que acudo casi a diario y me cuenta  que está la cosa muy mala, que los dineros públicos no llegan a las bibliotecas, que este año tampoco hay cuartos para  libros nuevos  ni  para talleres  ni para  wifi.  Una pena, porque  con la crisis el número de usuarios de las bibliotecas públicas ha aumentado, sobre todo el de las salas polivalentes,  donde   uno puede leer la prensa y conectarse a internet aunque vaya a pedales. Las bibliotecas públicas se han convertido en una alternativa para los que han tenido que dejar de pagar el adsl o la calefacción,  para los que tienen que buscar el calor de hogar fuera de casa.   Le pregunto al bibliotecario  por el préstamo de libros y tuerce el gesto, eso sí que ha descendido.

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