Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
Un misterioso sol amanecía.

José Hierro

viernes, 1 de marzo de 2013

Sólo para mis ojos


Cuando era más joven mantenía en la clandestinidad mi afición al cine de José Luis Garci, con el cine de Garci me pasaba lo mismo que con José Luis Perales (del que soy fan incondicional) o con mi costumbre de leer la Biblia sin fe, eran aficiones que prefería cultivar en la intimidad por miedo a que me llamaran raro, friqui, o sentimental. Con el tiempo empezó a darme igual y mis gustos más excéntricos empezaron a salir a la superficie. A mis amigos aficionados al cine les hacía mucha gracia que además de los mismos directores que a ellos me gustara Garci “el mascachapas” como alguno le llamaba. Me daban bastante caña con el tema.  Cómo sobrevivir a Volver a empezar y no dormirse en el intento, o cómo espantar a una titi invitándola al cine  a ver Tiovivo 1950, cosas así… Yo intentaba  inculcarles mi afición claro. Si queréis nos juntamos en mi casa a ver una peli, ¿cuál?, You are de one de Garci, pufffff…, ¿tienes whisky?, sí, una botella de DYC enterita, entonces vale.  Después de ver  You are de one y de tumbarnos la botella de DYC, les ponía los hits de Perales y salían pitando.
Con el cine de Garci no hay término medio, o  gusta mucho o no gusta nada, a mí lo que me gusta de las películas de Garci es precisamente lo que critican sus detractores; que hace un cine lento, pausado y sentimental, lleno de guiños y homenajes al cine clásico norteamericano, que siempre hace cine  sobre el cine  y todo lo demás. Es cierto que me gusta más el Garci de antes, el de la transición (Asignatura pendiente, Solos en la madrugada, Las verdes praderas) y los primeros ochenta (Volver a empezar, El crack, El crack II), cuando hacía un cine más social, más costumbrista, incluso rompedor en aquellos años, películas que retrataban al españolito medio que a la vez que estrenaba democracia arrastraba todavía la grisura del franquismo. De esta etapa mis favoritas son El crack  y El crack II. El crack es la única película española de género policíaco o de cine negro, parecía imposible que en la España de 1981 se pudiera hacer una película de este género al puro estilo americano y Garci lo consiguió, hizo una película policíaca creíble y muy buena. Alfredo Landa borda el papel del ex policía que monta una agencia de detectives, José Bódalo también está enorme, y Miguel Rellán claro. Gran película, me encanta como sale Madrid, y la escena de la partida de mus, o la  que abre la película, ver a Landa sacar la pipa y decir “devuélveme el mechero o te quemo los huevos” mientras se zampa un plato combinado con vino peleón en un bar de carretera no tiene precio. Cuenta Garci que nadie quería a Landa en la película, no les cuadraba haciendo el papel de detective solitario, de expoli duro, de tipo melancólico y desarraigado, llevaban más de  veinte años viéndole hacer comedias, haciendo de ligón playero rodeado de suecas o de palurdo emigrado a Alemania.  Garci se plantó y Alfredo Landa  bordó a Germán  Areta.

Alfredo Landa en El crack.
Luego Garci se obsesionó con el melodrama y empezó a intercalar bodrios infumables cargados de almíbar con buenas películas.  De esta última etapa me quedo con El abuelo (sí,lo del doblaje es una pena), You are de one y Tío vivo. La última que ha hecho no la he visto pero por lo que he leído la ponen como hoja de perejil incluso los Garcianos de toda la vida.
Hablo de Garci porque he vuelto a leer Sólo para mis ojos, un libro que recopila las crónicas cinematográficas de toda su vida. Crónicas de películas, de actores, de guionistas y de directores, pero también de su experiencia vital como aficionado y profesional del cine, artículos en los que habla de su afición al boxeo, al fútbol, a la cultura popular de su tiempo. Hay una artículo cojonudo sobre cine y boxeo, en el que habla de Getleman Jim, una de las mejores películas de boxeo que se han rodado. Garci además de director es  guionista, y escribe bien, bueno, más que bien escribe de puta madre, ya lo dijo Umbral “Garci no es que escriba bien, sino que es escritor, y de los mejores”, además de escribir bien, sabe de lo que escribe, porque es uno de los tíos que más sabe de cine en este país. De entre las crónicas de este libro me gusta especialmente una dedicada a Marilyn Monroe, en la que Garci cuenta la primera vez que vio a la tentación rubia en un cartel a todo color en el cine de su barrio a raíz del estreno en España de Niágara en 1953, y lo que supuso para él y sus amigos, adolescentes en plena explosión hormonal,  ver por primera vez en la pantalla a la rubia más deseada de Hollywood.


Marilyn en Niágara de Henry Hathaway. 1953.




He vuelto a ver estos días Niágara y Vidas rebeldes. Siempre he pensado que Vidas rebeldes es la película en la que mejor está Marilyn, en la que está más bella y más madura como actriz. Es la única película en la que consigue sacudirse a ratos a la rubia bobalicona, a la cabaretera fácil que siempre se la comía con patatas. Entre las bellas del cine clásico me quedo con Marilyn, a pocas bellezas del clásico se les puede colocar adjetivos como explosiva o sensual, Grace Kelly  y Audrey Hepburn era unos bellezones, elegantes, sofisticadas, aristocráticas casi, pero no eran explosivas ni sensuales, ni movían las caderas como la rubia de América. Marilyn no era ni elegante ni sofisticada ni aristocrática, pero era explosiva y sensual, un pivón para entendernos, de las de partirte el cuello cuando pasa, aunque en fin, bellezas distintas, para gustos los colores.  Cuentan que Truman Capote  prefería a Marilyn antes  que a Audrey Hepburn para hacer de Holly en Desayuno con diamantes (la película está basada en una novela suya), pensaba que Marilyn haría mucho mejor de mujer de vida alegre del medio oeste llegada a la gran ciudad, le parecía que  Audrey Hepburn  era demasiado elegante y sofisticada para el papel.  En la novela corta de Capote, Holly es claramente una prostituta de lujo, además es alcohólica,  fuma hierba y tiene tendencias  bisexuales, aquello era demasiado para la mojigatería y la censura que imperaba en el cine norteamericano en aquellos años. El guionista se encargó de camuflar los aspectos del libro que los  censores consideraban más bajunos y arrabaleros aliñando la  cosa con extra  de glamour y romanticismo.




Marilyn en Vidas rebeldes de John Huston, junto a Clark Gable, Montgomery Clift, Eli Wallach y Thelma Ritter. 1961.


 En fin, he empezado hablando de Garci y acabo hablando de Marilyn (yo también creo que se la cargaron), de Alfredo Landa y de Truman Capote,  esto de los libros y el cine es lo que tiene, una cosa lleva a la otra y la otra a la de más allá…, pues nada que no perdáis de vista este libro de Garci, si os gusta el buen cine os lo váis a pasar teta, y ya que estáis darle una vuelta a sus  películas, sobre todo las de su primera etapa, menos conocidas. Por cierto, ya que ha salido Truman Capote tomad nota de A sangre fría.
Saludos cordiales.
-Sólo para mis ojos. José Luis Garci. Editorial Notorious. 2009. 19 euros. Lo presto.




-De las películas mencionadas de Garci, recomiendo especialmente la llamada Trilogía de  la transición, y El crack y El crack II. No son fáciles de encontrar en dvd, sobre todo las primeras. El país sacó hace unos años una colección en dvd de las mejores películas del cine español que incluía El crack.  En algún cajón arrumbado de tienda underground puede que la encontréis, o en alguna biblioteca municipal. No obstante se comparten en internet con una calidad bastante buena. No dejéis de ver o rever Vidas rebeldes de John Huston, en la que además de Marilyn, destacan Montgomery Clift y Clark Gable, ambos en horas bajas, un peliculón, otra sobre perdedores y corazones solitarios. Imprescindible.