Hace unos días un amigo me llevó a LibrosLibres (gracias Juan Carlos) una librería gratuita que
está en el barrio de Chamberí. Gratuita significa que los libros son por la
patilla, llegas, rebuscas, y lo que te gusta te lo llevas sin pasar por caja, hay
de todo, novela, ensayo, poesía, y mucho más, también tienen películas. La idea es facilitar el acceso
gratuito a la literatura y al cine. LibrosLibres vive de las suscripciones, de
las donaciones de libros de particulares y alguna editorial, y de la voluntad
que uno quiera dejar cuando se pasa por allí y se lleva un libro o dos (o los
que quiera) debajo del sobaco. La suscripción es voluntaria y es de 12 euros al
año, pero no da ningún derecho sobre nada, es una donación, una ayuda para que
el proyecto siga en pie, suscriptores y no suscriptores se pueden llevar los
libros que quieran (los que quepan en las manos) cada vez que vayan. Además de
haciéndose suscriptor o dejando la voluntad se puede colaborar haciendo una
donación de libros. El importe de las suscripciones y los donativos se destina
a pagar local, luz, y agua, y a centros educativos en países como Nepal,
Nicaragua o Colombia, donde envían libros y tienen becados a125 niños, también
colaboran en proyectos de educación aquí para chavales en riesgo de exclusión.
Por allí anduvimos brujuleando, como era el primer día, fui discreto y sólo me
llevé una edición cojonuda de las tragedias de Shakespeare y Las ratas, uno de
los pocos libros de Delibes que no tenía por casa. Pero volveré, me han dicho que en función de
lo que entre se puede llevar uno más de una joyita descatalogada.
Después de escarbar en LibrosLibres
estuvimos un rato patrullando la ciudad y tomando unos vinos. Cuando llegué a
casa y me metí en la cama, estuve ojeando las tragedias de Shakespeare y
preguntándome cuánto vive un libro, ¿cincuenta años?,¿ cien años?, cuánta gente
los puede leer y manosear y durante cuánto tiempo, cuánta gente más leerá los
libros que hay en LibrosLibres, libros que en un momento dado alguien no quiso
y alguien volverá a querer, a leer y a manosear hasta que los donen a una librería, a una biblioteca
municipal, a algún amigo, o en el peor de los casos al contenedor de papel que
hay debajo de su casa y vuelta a empezar. Me preguntaba que será de los libros
que tengo en casa cuando estire la pata a los 90 años en la cama mientras duermo lleno de buena salud,
que pasará con esa biblioteca que uno se ha ido haciendo desde que se aficionó
a esto de la literatura, supongo que algunos acabarán en casa de mis sobrinos y
otros en alguna biblioteca municipal o en alguna librería de viejo. Debería
haber más sitios como LibresLibres y más bibliotecas municipales, de momento
gracias a sitios como LibrosLibres y a las bibliotecas municipales todavía se
puede leer gratis, uno puede leerse los clásicos en la biblioteca del barrio
sin gastarse un duro, a ver lo que dura la cosa. En mi ciudad, que tiene 210.000
habitantes hay siete bibliotecas municipales, algunas puede que cierren por
falta de presupuesto, no hay dinero para bibliotecas públicas, el dinero es
para el alcalde que se lleva 100.000 euros al
año y para los concejales “a tiempo parcial” que se llevan 40.000, no estamos
para libros con la que está cayendo, hay que apretarse el cinturón, lo primero es lo primero, que los políticos
estén bien pagados y luego ya veremos. El otro día me decía Juan el
bibliotecario que no hay un duro para las bibliotecas, que llevan años sin
poder comprar novedades, sin embargo las bibliotecas públicas cada vez están más llenas con la crisis, en
las bibliotecas municipales uno se puede conectar gratis a internet y leer
calentito, hay gente que ya no puede pagar el adsl, y que tiene que elegir
entre pagar la calefacción o llenar la nevera, así andamos.
Ayer me volvió a entrar un forofo del libro electrónico, sonrisa de
oreja a oreja y cacharro en mano. Ya lo dije aquí hace unos meses y lo
mantengo,(no quiero generalizar, hablo desde mi experiencia personal) la mayoría de los usuarios de libro
electrónico que conozco es gente a la que no le gusta leer, gente que lee tres
libros al año, hay gente que lee por obligación, leer está muy bien visto, está de moda, igual que hacer deporte, también hay gente a la que no le gusta el deporte y lo practica porque está de moda y bien visto o porque dicen que es bueno para el corazón, para ser una persona completa hay que ir al gimnasio, partirte el lomo en una bicicleta de montaña, comer sano, y leer, aunque no te guste, son ganas de sufrir. A la mayoría de los entusiastas del libro electrónico que conozco, además de no
gustarles leer tampoco les gustan los libros, ¿te puede gustar leer y no
gustarte los libros?, les molestan los libros, los libros ocupan espacio, los libros
cogen polvo, los libros pesan un huevo cuando hay que hacer mudanza, los libros
son un coñazo, que se mueran los libros. Nunca he entendido la necesidad de los entusiastas del libro
electrónico de convertir a los que no lo somos, parecen testigos de Jehová
captando prosélitos, qué cansinos. Disfruta tu chirimbolo y déjame a mí con mi
tocho polvoriento.
El último libro que además de leer, he olido, manoseado y subrayado ha sido
Travesti de John Hawkes, John Hawkes era norteamericano y murió en 1998, pero no comparte
escaparate con Philip Roth, con Johnathan
Franzen o con Foster Wallace, yo no lo conocía de nada hasta que lo
descubrí hace unas semanas leyendo el
blog de Rafael Reig que por aquí comparto. Los libros de John Hawkes han
llegado a España gracias a una pequeña editorial que hay en San Sebastián,
meettok, y a la traducción de Jon
Bilbao. Si uno no sabe nada de Travesti y lee la contraportada del libro piensa
que está ante una novela más, ante una novela negra o un thriller con su planteamiento
su nudo y su desenlace. Al rato de
empezar a leer travesti uno se da
cuenta de que no es una novela, sino un monólogo sobre la existencia, el arte,
la literatura, y la poesía.
Un tipo
conduce a toda leche un coche de gran cilindrada por carreteras secundarias
junto a su hija y su mejor amigo, un poeta, el destino planificado del viaje es
estamparse contra el muro de un granero abandonado a la máxima velocidad posible y que no haya supervivientes. Mientras se dirigen a su
destino fatal, el tipo habla a sus acojonados
acompañantes sobre la vida y la muerte, sobre la existencia, y sobre la poesía. Hawkes da bastante caña al escritor o poeta amigo
de exhibirse, al escritor hecho personaje, también se despacha a gusto con el
mercado editorial que da más importancia al escritor y a su proyección social que a su obra.
“¿Te das cuenta de que muchos de
quienes admiran esos libros tuyos, tan
breves y difíciles de encontrar, por
poco que supieran cómo son en realidad tu vida y la mía, nos considerarían a mí
un cobarde y a ti un inútil?”
Saludos cordiales.
-LibrosLibres está en Madrid, en la calle Covarrubias 38. Si queréis más información aquí tenéis su página web http://www.librerialibroslibres.org/.
-Travesti. John Hawkes. Traducción y Posfacio de Jon Bilbao. Editorial meettok. El libro se publica en EEUU en 1976, la editorial meettok lo publica en España en 2012. De momento no abunda en las librerías, al menos en las que yo busqué, lo pedí a Amazon y en dos días lo tenía en casa. Cuesta 15 eurillos. Lo presto.