En Junio de 1964, tres activistas del Movimiento por los Derechos Civiles que formaban parte del grupo de voluntarios del Verano de la libertad, acuden a un pueblo del estado de Mississppi en Estados Unidos para concienciar a los ciudadanos negros de la necesidad de registrase para poder ejercer el derecho a voto. James Chancy, Andrew Goodman y Michael Schwerner, eran miembros del Consejo de Organizaciones Federadas, una asociación que reunía a varias organizaciones que luchaban por la igualdad de derechos de los afroamericanos. La hostilidad con la que racistas sureños recibieron a los miembros del COFO fue enorme. La noche del 21 de Junio, los tres activistas, dos blancos y uno de color, son detenidos por el sheriff local por exceso de velocidad y trasladados hasta dependencias policiales donde permanecen hasta las diez de la noche, momento en el que son puestos en libertad y desaparecen sin dejar rastro. A los 44 días de la desaparición son encontrados los tres cadáveres de los activistas en un terraplén de una granja de la zona con señales de haber sido golpeados y ejecutados a tiros. Las investigaciones del FBI concluyeron que tras ser liberados habían sido perseguidos por miembros del ku klux klan y por el ayudante del sheriff. Tras alcanzarles y obligarles a detener el coche fueron linchados y asesinados.
El caso causó una gran conmoción en Estados Unidos y recrudeció aún más
los problemas raciales de la
sociedad norteamericana. En
estos hechos se basa la
gran película que Alan Parker
dirigió en 1988. Recuerdo lo
que me impactó esta película cuando la
vi siendo un adolescente, me he acordado
de Arde Mississippi estos días en la
playa, mientras leía debajo de la sombrilla un artículo sobre el 50 aniversario de uno de
los discursos más célebres y hermosos del siglo XX, el que
dio el reverendo Martin Luther King, líder del Movimiento por los Derechos Civiles, el 28 de agosto de 1963
en Washington. El 28 de Agosto de 1963 unas 300.000 personas, la mayoría
de raza negra, se congregaban en la explanada que separa el edificio de homenaje a Lincoln del
obelisco que recuerda a George Washington para seguir la marcha sobre
Washington por el trabajo y la
libertad.
Un siglo antes de ese
día, en 1863, el presidente Abraham Lincoln declaraba libres a los esclavos de los 10 estados confederados, todavía no había terminado la guerra civil.
Al año siguiente el congreso
aprueba la enmienda número 13 de la constitución que prohíbe la
esclavitud. Pero en 1963 un siglo
después de aquello los negros eran discriminados y segregados en
colegios, hoteles, restaurantes y autobuses, su vida diaria estaba separada de la de los blancos. No tenían derecho a votar,
y el matrimonio entre negros y blancos estaba prohibido. En los años cincuenta
los asesinatos de negros a manos de
blancos por cuestiones racistas
no eran algo fuera de lo común, y en muchos estados del sur no se castigaba a los culpables. Así estaban las
cosas hace cincuenta años en el país que parió la democracia liberal. Ser negro
en los USA en 1963 era estar condenado al racismo, al
gueto y a la miseria, sobre todo en el sur.
Arde Mississippi. Alan Parker. 1988. |
A principios de 1950,
la población afroamericana harta de los abusos empieza a
organizarse, nace el Movimiento por los Derechos Civiles. En 1955 la
costurera negra Rosa Parks se sube a un autobús en Montgomery (Alabama) y se
sienta delante. En la siguiente parada
un blanco se sube y la obliga a levantarse y cederle su asiento como manda la ley, la Parks le dice al hombre
blanco que naranjas y se monta el carajal, el conductor interviene y
recomienda a la Parks ceder el sitio, es la ley, si no se levanta tendrá que llamar
a la policía, pues llámala, Rosa Parks es
detenida y pasa la noche en el calabozo. Al día
siguiente comienza uno de los momentos clave de la lucha por los derechos civiles, los negros dejan de utilizar
el autobús y se organizan en coches
compartidos o caminan incluso veinte kilómetros diarios para acudir al trabajo, los taxistas
negros como apoyo al boicot cobran la
misma tarifa que los autobuses. El boicot se alargó durante un año y provocó graves
pérdidas en la empresa de transportes,
finalmente la Corte Suprema de Justicia declaró incosntitucionales las
leyes que exigían la segregación en los
autobuses de Montgomery.
El 28 de agosto de 1963, el reverendo Martin Luther King
fue el último hablar, empezó leyendo un
discurso preparado, mencionando la coincidencia de la marcha con la fecha de conmemoración de los 100 años de la Proclamación de Emancipación de los esclavos “Pero 100 años después, el negro aún no es libre (...)El negro vive en una
isla solitaria de pobreza en medio de un inmenso océano de prosperidad material” al
rato suelta los papeles y empieza a improvisar
utilizando la mítica frase “I have
a dream” que repitió hasta nueve veces “Sueño que mis
cuatro pequeños hijos vivirán un día en un país en el cual no serán
juzgados por el color de su piel, sino
por los rasgos de su personalidad”
.El discurso no tiene desperdicio.
Martin Luther King el día de su famoso discurso en Washington |
Algunos líderes afroamericanos como Malcolm X, con un
discurso más radical partidario de la acción violenta y de la supremacía negra
criticaron y restaron importancia a la marcha y a las palabras de King, pero un
año después se aprobó la Ley de Derechos Civiles, y en 1966 se terminó con la discriminación en el ejercicio
del sufragio. En la actualidad la persona de más
peso en los medios de comunicación norteamericanos es una mujer negra, Oprah Winfrey, y el
presidente es un hombre negro,
probablemente mucho más de lo que soñó
el reverendo aquel día de 1963. El
discurso de Luther King sirvió para remover conciencias y generar debate, y
también para cambiar la historia. Cincuenta años después de aquel discurso la discriminación legal
es historia en Estados unidos, y la
situación de los afroamericanos está a años luz de la de 1963, pero los
prejuicios y el racismo (no hay ley que acabe con eso) continúan,
también la desigualdad entre blancos y negros. El activismo de King no se
limitó a reivindicar los derechos de los afroamericanos, siempre estuvo con los
pobres, luchando por la justicia social. El legado del reverendo continúa y su discurso
aún sigue vivo y vigente en muchos aspectos.
Martin Luther King fue acosado durante años por el FBI y
acusado por su director J.Edgar Hoover de ser comunista. En aquello años de la
guerra fría la paranoia anticomunista
estadounidense hacía ver en el trasfondo de cualquier protesta social una
conspiración bolchevique. Luther King siempre negó ser comunista o tener
ninguna relación con el Partido Comunista, incluso se tomó la cosa con cierta
guasa.
“Hay tantos comunistas en nuestro movimiento de libertades como esquimales en Florida”.
“Hay tantos comunistas en nuestro movimiento de libertades como esquimales en Florida”.
Es recomendable
acercarse a figuras como la de Luther King
para comprender que los derechos no vienen del cielo, que ha habido
gente que ha sido encarcelada,
torturada, incluso asesinada mientras peleaba por conseguirlos.
A veces estamos tan metidos en la
inmediatez de la actualidad que olvidamos echar
la vista atrás, entender la historia reciente y no tan reciente,
comprender lo que pasó ayuda a comprender lo que pasa.
En mi opinión hay un aspecto que añade mérito a la figura de Martin Luther King, su apelación constante a la no violencia, siempre defendió que la violencia era el veneno de cualquier protesta social, y como ha demostrado la historia en múltiples ocasiones tenía razón.
En mi opinión hay un aspecto que añade mérito a la figura de Martin Luther King, su apelación constante a la no violencia, siempre defendió que la violencia era el veneno de cualquier protesta social, y como ha demostrado la historia en múltiples ocasiones tenía razón.
“Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de
obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer
nuestra sed de libertad bebiendo de la
copa de la amargura y el odio”
Cuando en Noviembre de ese mismo año de 1963 asesinaron a Kenedy, mientras se dirigía al funeral, Martin Luther King le dijo a uno de sus colaboradores “si han podido matar al presidente, yo no llegaré a los cuarenta”. Lamentablemente el reverendo acertó. En abril de 1968 recibió un disparo mortal de un supremacista cuando se encontraba apoyando una huelga de basureros.
Cuando en Noviembre de ese mismo año de 1963 asesinaron a Kenedy, mientras se dirigía al funeral, Martin Luther King le dijo a uno de sus colaboradores “si han podido matar al presidente, yo no llegaré a los cuarenta”. Lamentablemente el reverendo acertó. En abril de 1968 recibió un disparo mortal de un supremacista cuando se encontraba apoyando una huelga de basureros.
Os invito a acercaros
a la figura de Martin Luther King, os animo a que leáis el discurso completo y
a que dediquéis 16 minutos al vídeo, y ya que estáis a
pegarle un revolcón a Arde Mississippi, y de paso no perdáis de vista Matar a un
ruiseñor de Harper Lee y la gran adaptación al cine que hizo Robert Mulligan de
la novela.
Ah, y no perdáis el tiempo
odiando. Saludos cordiales.