Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
Un misterioso sol amanecía.

José Hierro

viernes, 30 de mayo de 2014

Yonqui, de William Burroughs


Portada de Juan Manuel Domínguez para la primera edición de Yonqui en España. La portada fue censurada, corría el año 1978. Entrevista con Juan Manuel Domínguez
 
Nací en 1914 en una sólida casa de ladrillo, de tres pisos, en una gran ciudad del Medio Oeste. Mis padres eran personas acomodadas. Mi padre poseía y dirigía un negocio de maderas. La casa tenía un prado delante, un patio interior con jardín, un estanque y una cerca muy alta de madera todo alrededor. Recuerdo al farolero encendiendo faroles de gas en la calle y el inmenso y brillante Lincoln negro y los paseos por el parque los domingos. Todas las ventajas de una vida confortable, segura, que se ha ido ya para siempre. Podría escribir sobre una de aquellas nostálgicas costumbres del viejo médico alemán que vivía en la puerta de al lado y las ratas correteando por el patio interior y el coche eléctrico de mi tía y mi sapo favorito que vivía junto al estanque.
En la actualidad mis primeros recuerdos están teñidos por un miedo de pesadilla. Me asustaba estar solo, y me asustaba la oscuridad, y me asustaba ir a dormir a causa de mis sueños, en los que un horror sobrenatural siempre parecía a punto de adquirir forma. Temía que cualquier día el sueño siguiera estando allí cuando me despertase. Me acuerdo de oír a una sirvienta hablando del opio y de como fumar opio proporcionaba sueños agradables, y me dije:
-Cuando sea mayor fumaré opio.
 
Yonqui. William Burroughs.