En la entrada anterior se habló de un recurso cinematográfico muy utilizado durante los años de la censura en el cine norteamericano: el fuera de campo. Los crímenes no se podían mostrar en la pantalla, así que los directores sacaban el acto censurable de cuadro y centraban la cámara en otra cosa dejando que el crimen se desarrollara en la imaginación del espectador. La
mejor escena de un crimen fuera de cuadro que yo he visto en el
cine aparece en Frenesí (1972) de Alfred Hitchcock. Este fuera de
campo nada tiene que ver con la censura (en 1972 ya regía la calificación por edades), de hecho Hitchcock no nos priva
de nada en el primer asesinato que comete el estrangulador. En la secuencia que recoge el vídeo, se escamotea el crimen al espectador haciendo retroceder la cámara hasta sacarla a la calle justo en el momento en el que asesino y víctima entran en el apartamento. La cámara en travelling hacia atrás, baja las escaleras, sale a la calle, y termina con un plano general del edificio. Parece que el director nos dice: en el primer piso de
este edificio están violando y estrangulando a una mujer, pero la tierra sigue girando
y en la calle el ajetreo continúa. El asesino puede ser ese vecino tan amable, ese tío tan
educado que te ayuda a subir las bolsas de la compra.
Menuda escena que se curró el maestro.
Menuda escena que se curró el maestro.