La editorial Taschen publicó en febrero un libro sobre Taxi Driver, ilustrado con las fotografías que hizo Steve Schapiro durante el rodaje y con prólogo de Scorsese. Lo estuve ojeando y manoseando en la librería de El Corte Inglés y la verdad es que el libro es un bombón pero cuesta 50 eurazos, así que me tuve que conformar con olerlo, leerlo y toquetearlo durante un buen rato antes de devolverlo a la estantería. Se lo pediré a los reyes. Algunas fotos de las que hizo Schapiro ya las conocía porque se habían publicado ya en otros libros sobre la película, otras no, todas son cojonudas. Salí de la librería sin libro pero con la cabeza llena de esas imágenes del rodaje y de la película, que me sé fotograma a fotograma. Me acordé de la música de Bernard Herrmann, del asfalto mojado de las calles de Nueva York, de las alcantarillas echando humo y de Travis pudriéndose en su cuchitril y hablando frente al espejo. Así que cuando llegué a casa bajé las persianas, metí el DVD en el DVD, encendí la tele grande y me volví a calzar Taxi Driver. Sobre Taxi Driver ya lo dije todo aquí (Travis) en una de las primeras entradas de este blog , así que volver al tema sería repetirme. Os dejo una escena que he conseguido recortar con el movie marker o como se llame y subir a YouTube.
Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
Un misterioso sol amanecía.
José Hierro
jueves, 26 de septiembre de 2013
Taxi Driver
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domingo, 22 de septiembre de 2013
Chirbes
“Cuando escribo me importa un carajo la ideología de los personajes, la mía ya saldrá, inevitablemente. Inclinar la balanza es ir contra la literatura, que si tiene algo es que nos hace plantearnos las cosas y corregir nuestra mirada. Si te pones del lado del que más odias descubres tus propias contradicciones. Para personajes de una pieza ya tenemos a los políticos. No me gusta tratar al lector como a un gato al que se le pasa la mano a favor del pelo. Hay que pasársela a la contra, para que se levante”
Rafael Chirbes en una entrevista concedida al diario El País.
Rafael Chirbes no se anda con florituras, bálsamos y sentimentalismos a la hora de hablar en sus novelas de lo que ha pasado en España en estos últimos años. No lo hizo en Crematorio (2007), una novela sobre el pelotazo inmobiliario y la especulación, sobre cómo se gestó la burbuja que nos va a tener cagando ladrillos hasta 2030, y tampoco lo hace en En la orilla (2013), en la que habla de las consecuencias del desastre.
El protagonista de Crematorio era un arquitecto valenciano que cambió los ideales políticos por la corrupción y la especulación inmobiliaria. Crematorio hablaba del fiestón, en En la orilla, su última novela, Chirbes habla del resacón, del crudo invierno, de las consecuencias de aquello. El protagonista de la novela es el dueño de una carpintería que se ve obligado a cerrar y a despedir a sus empleados a causa de la ambición que le ha llevado a hipotecar el patrimonio familiar y a ser embargado. Otro de los protagonistas es el pantano de Olba, un pueblecito cercano a Benidorm que es donde se desarrolla la historia. El pantano como contenedor de los restos de la fiesta y como metáfora de la cochambre moral que ha dejado a la vista la crisis, una crisis económica, pero también ética y social.
Una novela dura e incómoda como Crematorio y que no da tregua al lector, es difícil de soltar cuando uno empieza aunque se esté quemando las manos. Realismo despiadado llamaría yo a lo que hace Chirbes en sus novelas. Hay pocos escritores españoles que escriban sobre la actualidad, sobre estos tiempos. En las novelas de Chirbes hay crítica social, pero no juzga ni se inclina a favor ni en contra de nadie, ahí queda eso, que cada uno saque sus propias conclusiones, parece que nos dice el escritor. Y es de agradecer, nunca me han gustado los escritores que pretenden llevarte de la mano; mira lector, aquí está el bien y aquí está el mal, este es malo, mira qué cabrón ,este es el bueno míralo, pobrecillo. Chirbes se mete en la piel de cada personaje se pone sus zapatos y nos cuenta sus razones. Las consecuencias del pelotazo inmobiliario es el tema central de En la orilla, y sirve de punto de partida para hablar de muchos otros y pintar un fresco sobre la España de estos diez últimos años. El protagonista de Crematorio era un arquitecto valenciano que cambió los ideales políticos por la corrupción y la especulación inmobiliaria. Crematorio hablaba del fiestón, en En la orilla, su última novela, Chirbes habla del resacón, del crudo invierno, de las consecuencias de aquello. El protagonista de la novela es el dueño de una carpintería que se ve obligado a cerrar y a despedir a sus empleados a causa de la ambición que le ha llevado a hipotecar el patrimonio familiar y a ser embargado. Otro de los protagonistas es el pantano de Olba, un pueblecito cercano a Benidorm que es donde se desarrolla la historia. El pantano como contenedor de los restos de la fiesta y como metáfora de la cochambre moral que ha dejado a la vista la crisis, una crisis económica, pero también ética y social.
La vejez, la soledad, la muerte, el amor, la ambición por el dinero que lo destruye todo, la prostitución, las drogas, la inmigración, incluso la guerra civil y la transición, pero sobre todo, la condición humana, estos son algunos de los temas que aborda la novela de Chirbes, casi nada. Me han hablado muy bien de los primeros libros del valenciano, que no he leído, La buena letra (1992),La caída de Madrid (2000), y Los viejos amigos (2003) entre otras, las tengo en pendientes. Un escritor a tener en cuenta. No lo perdáis de vista.
Saludos cordiales.
-En la orilla. Rafael Chirbes. 2013. Anagrama. 437 páginas. 19,90 euros.
-Crematorio. Rafael Chirbes. 2007.Anagrama.415 páginas. 19,90 euros. Crematorio, al ser de 2007 es fácil que lo encontréis en bibliotecas públicas, en 2007 las bibliotecas municipales todavía tenían presupuesto para comprar novedades. Qué tiempos aquellos.
miércoles, 18 de septiembre de 2013
El horror
Antes de ver Los gritos del silencio de Roland Joffé yo no tenía ni idea de lo que había pasado en Indochina después de que los americanos salieran por patas de allí en 1975. He vuelto a ver hace poco la película y me sigue pareciendo genial. Genial el guión, genial la fotografía, genial la banda sonora y genial el tono documental. El genocidio camboyano es un tema más de esta cinta que toca varios géneros; drama, periodismo, y cine bélico. La película está basada en hechos reales. En 1972 un periodista del New York Times es enviado a Camboya como corresponsal de guerra, allí conoce a Dith Prant , un periodista local que le sirve de guía y de intérprete. Cuando en 1975 los americanos se retiran del país, tras ser derrocado por los comunistas el gobierno que ellos apoyan y han financiado , Pran decide quedarse con el corresponsal para seguir ayudándole a cubrir el conflicto. Cuando la prensa refugiada en la embajada francesa se ve obligada a salir del país, intentan sacar a Pran y llevárselo a Estados Unidos, pero el ejército revolucionario no lo permite y envía a Pran, como a la mayoría de los Camboyanos, a un campo de trabajo. Vi la película a mediados de los 90 y me quedé a cuadros, porque no me podía creer que algo así hubiera podido ocurrir ante la pasividad de la comunidad internacional. Entonces yo era más joven y más ingenuo claro.
![]() |
Los gritos del silencio. Roland Joffé. 1984. |
Esta película de 1984
con sus virtudes y sus defectos, sirvió para dar a conocer a muchos el genocidio
que había masacrado Camboya entre 1975 y 1979, un genocidio silenciado durante años y todavía hoy justificado e incluso negado por algunos ultras empachados de ideología.
En Abril de 1975 los Jemeres Rojos, una guerilla comunista
que seguía el modelo marxista leninista de la china de Mao llega a la capital de Camboya (Phnom Penh) y toma el poder. Son
recibidos con entusiasmo por la alegre
población camboyana que los ve como los salvadores que les librarán de la
dictadura de general Lon Nol apoyada por EEUU, una dictadura que ha sumido al
país en el caos y la guerra civil. El
entusiasmo dura poco, los Jemeres Rojos
instauran la República Democrática de Kampuchea, un régimen totalitario
dirigido por Angkar, el partido único. La mayoría de los habitantes de Camboya
son evacuados al campo, el régimen pretendía implantar un estado
agrícola y todos los ciudadanos fueron obligados a trabajar la tierra. Durante cuatro años la población fue diezmada
por las hambrunas, las enfermedades, las purgas y las ejecuciones sistemáticas . Durante
los cuatro años que los Jemeres Rojos estuvieron en el poder murieron dos
millones de personas, Camboya tenía una población de siete millones y medio.
No se puede hablar
del genocidio camboyano sin señalar a
uno de los responsables de que ocurriera, el gobierno
norteamericano. La neutralidad de Camboya en la guerra del Vietnam fue vista
con desconfianza por Estados Unidos, que
acusó al gobierno camboyano de prestar
su territorio a los comunistas de Vietnam del Norte. Con el apoyo norteamericano, el General Lon
Nol dio un golpe de estado y consiguió
alinear a Camboya de parte de EEUU y Vietnam del sur en la guerra del Vietnam. Entre 1969 y 1973 la aviación norteamericana soltó
medio millón de toneladas de bombas en
la frontera de Camboya con la intención de atacar y cortar los enclaves y las
comunicaciones militares de Vietnam del Norte. Los bombardeos mataron a 600.000
personas y sirvieron para popularizar a
los Jemeres Rojos, que empezaron a ser vistos como los rescatadores de la nación en
manos del gobierno manejado por el imperialismo estadounidense. De ahí que los
Jemeres Rojos fueran recibidos con tanta alegría cuando en 1975 consiguen poner en fuga al gobierno de Non Lon y tomar el poder en Camboya. Pensaban que la guerrilla era un ejército de
liberación que les iba a sacar del yugo imperialista sin sospechar lo que les
esperaba. A todo esto, Estados Unidos ya había desmontado el chiringuito y
puesto pies en polvorosa.
Pol pot y sus Jemeres Rojos no se anduvieron con lindezas,
pretendían abolir el viejo mundo e instaurar su versión del comunismo de manera
inmediata, nada de transiciones. Declararon a los habitantes de Camboya
enemigos del pueblo. Abolieron el dinero, las escuelas, las universidades, los
pasaportes, y todos los libros que no fueran de contenido
revolucionario. El llanto y la risa eran vistos como manifestaciones del sentimentalismo burgués y estaban prohibidos. Estaba prohibido
hablar cualquier idioma que no fuera el jemer. Llevar gafas podía ser un pasaporte a la muerte. Intelectuales,
artistas, profesores y escritores fueron
ejecutados sistemáticamente. Cualquier influencia extranjera a cualquier nivel
fue eliminada. En tres meses se había
colectivizado la agricultura y evacuado las ciudades, en las que sólo quedaron
los dirigentes del partido que ocuparon los palacios del régimen derrocado. El resultado: dos millones de muertos en
cuatro años. Todo esto sucedió con el apoyo de china y ante la indiferencia de
la comunidad internacional que miró para otro lado por cuestiones de
estrategia política. Cuando algunas víctimas consiguieron escapar de aquella
dictadura atroz y contaron lo que estaba ocurriendo allí nadie les creyó o nadie
quiso creerles. A Estados Unidos le interesaba taparlo y lo
tapó, y la izquierda política no quiso dar crédito a los testimonios por considerarlos propaganda
imperialista, algunos incluso justificaron (y todavía justifican) lo que sucedía allí alegando que era una
reacción legítima al capitalismo y al imperialismo.
Después de rever la
peli mencionada he estado unos días leyendo sobre el tema y me he tropezado con un
libro El infierno de los jemeres rojos de Denise Affonco. Denise Affonco
trabajaba en la embajada francesa en Phnom Penh, capital de Camboya. Cuando los
jemeres rojos llegaron al poder fue deportada al campo junto a su marido, donde
fue obligada a cultivar la tierra durante catorce horas diarias a cambio de una
sopa de arroz. Su hija y una de sus sobrinas murieron de hambre, otro de sus
sobrinos fue ejecutado por robar comida, y su cuñada murió de una enfermedad
debida a la desnutrición. Su marido era
un hombre de negocios de ideas comunistas que recibió con los brazos abiertos a
los jemeres rojos, y que simpatizó y
colaboró con el régimen los primeros días. Cuando llegaron al campo y
descubrieron su pasado burgués lo
metieron a culatazos en un camión junto a otros enemigos del pueblo y lo enviaron a un campo de reeducación, así
llamaban a los campos en los que exterminaban a los enemigos políticos, no se
ha vuelto a saber de él. Denisse sobrevivió y pudo contar su historia. El libro de Denisse
Affonco, no es una novela, es un testimonio, un testimonio muy chungo de leer
por cierto, hay que parar a cada rato para coger aliento. Absténganse de leerlo los alérgicos a las crudas realidades.
Otro documento imprescindible para el que tenga interés en conocer y comprender lo que pasó en Camboya entre 1975 y 1979 es el documental S-21: La máquina roja de matar del director camboyano Rithy Panh. El documental tiene un gran valor porque pone frente a frente a víctimas del centro de detención, torturas y exterminio S-21, hoy convertido en museo, y a los verdugos, guardias que trabajaron allí entre 1975-1979. En un momento del documental, el conductor de la trama, un pintor Camboyano que sobrevivió al S 21 , pregunta a uno de los verdugos ¿por qué?, ¿cómo?, ¿por qué y cómo pudo torturar y matar a gente que sabía inocente, muchos de ellos vecinos suyos?, la contestación del verdugo, “cumplía órdenes del partido”, recuerda a lo que contestaban los verdugos nazis cuando fueron interrogados en Núremberg, a lo que contestó Eichmann cuando fue juzgado en Jerusalén “yo sólo cumplía órdenes del partido” “yo sólo era un funcionario que hacía su trabajo”.
S 21 la maquina roja de matar from fabian zuniga on Vimeo.
-El infierno de los Jemeres Rojos. Testimonio de una superviviente. Denise Affonco. Libros Asteroide. 242 páginas. 17 euros.
-Documental de Informe semanal a raíz de la muerte de Pol Pot en 1998
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miércoles, 11 de septiembre de 2013
Los clásicos
![]() |
Retrato de Benito Pérez Galdós por Joaquín Sorolla |
Hace un par de días me acordé de un párrafo del
primer capítulo de Fortunata y Jacinta en el que Galdós, en la mente de
Juanito Santa Cruz reflexiona sobre el leer y el vivir. Busqué el libro en casa
y el párrafo de marras. Tengo la novela relativamente reciente porque la volví
a leer hace un par de años, pero fue abrir, ojear el primer capítulo y no poder
parar, aparqué lo que estaba leyendo y me quedé con Galdós. Si Benito me dice
ven...lo dejo todo...
"Conocida la persona y sus felices
circunstancias, se comprenderá fácilmente la dirección que tomaron las ideas
del joven Santa Cruz al verse en las puertas del mundo con tantas
probabilidades de éxito. Ni extrañará nadie que un chico guapo, poseedor del arte
de agradar y del arte de vestir, hijo único de padres ricos, inteligente,
instruido, de base seductora en la conversación, pronto en las respuestas,
agudo y ocurrente en los juicios, un chico, en fin, al cual se le podría poner
el rótulo social de brillante, considerara ocioso y hasta ridículo el meterse a
averiguar si hubo o no hubo un único primitivo, si el Egipto fue: una colonia
bracmánica, si la China es absolutamente independiente de tal o cual
civilización asiática, con otras cosas que años atrás le quitaban el sueño,
pero que ya le tenían sin cuidado, mayormente si pensaba que lo que él no
averiguase otro lo averiguaría... «Y por último -decía- pongamos que no se
averigüe nunca. ¿Y qué…?» El mundo tangible y gustable le seducía más que los
incompletos conocimientos de vida que se vislumbran en el fugaz resplandor de
las ideas sacadas a la fuerza, chispas obtenidas, en nuestro cerebro por la
percusión de la voluntad, que es lo que constituye el estudio. Juanito acabó
por declararse a sí mismo que más sabe el que vive sin querer saber que el que
quiere saber sin vivir, o sea, aprendiendo, en los libros y en las aulas. Vivir
es relacionarse, gozar y padecer, desear aborrecer y amar. La lectura es vida
artificial y prestada, el usufructo,
mediante una función cerebral, de las ideas y sensaciones ajenas, la
adquisición de los tesoros de la verdad humana por compra o por estafa no por
el trabajo. No paraban aquí las filosofías de Juanito, y hacía una comparación
que no carece de exactitud. Decía que entre estas dos maneras de vivir,
observaba él la diferencia que hay entre comerse una chuleta y que le vengan a
contar a uno cómo y cuándo se la ha comido otro, haciendo el cuento muy a lo
vivo, se entiende, y describiendo la cara que ponía, el gusto que le daba la
masticación, la gana con que tragaba y el reposo con que digería."
Benito Pérez Galdós. Fortunata y Jacinta. Página
110 del tomo I. Edición de Cátedra.
lunes, 9 de septiembre de 2013
Sacudiendo tópicos: "Leer es caro"
"Leer es caro" el tópico sigue en alza por lo que leo y escucho por ahí, hace poco leí en un blog que leer se estaba convirtiendo en un hobby de lujo porque los libros son carísimos… No, leer no es caro, de hecho leer todavía sale barato e incluso gratis si uno se busca la vida. El otro día me compré en la Cuesta de Moyano tres libros por menos de diez euros, los tres en tapa dura y cosidos. Otra cosa es el precio de los libros en las librerías, eso ya es más discutible. Otra cosa es la industria editorial y sus balances. Supongo que para el que no sale de la sección de novedades y más vendidos de El Corte Inglés y Casa del libro leer puede resultar caro. ¿Cuáles son los libros caros? ¿Con respecto a qué son caros los libros?. Suponiendo que los libros sean caros, hay alternativas: bibliotecas públicas (de momento existen, no son ciencia ficción) ediciones de bolsillo y el mercado de segunda mano. El problema es que estas alternativas no interesa fomentarlas.
Parece que el venerado libro electrónico tampoco ha solucionado el problema del precio de los libros (suponiendo que el precio de los libros sea un problema), es más, no hay mucha diferencia de precio entre un libro físico y una descarga, es más, buena parte de los usuarios de libro electrónico no compran los libros, los piratean. El personal se queja del precio de los libros pero las bibliotecas públicas que quedan están vacías y las estanterías abarrotadas. Hay quien argumenta que la gente no lee porque los libros son caros, posiblemente la razón de que el personal lea cada vez menos o no lea nada no esté en el precio de los libros sino en que a la gente no le interesa leer. En 1946 George Orwell escribió un artículo en Tribune titulado Books V. Cigarettes en el que hablaba de este tópico tan extendido "Leer es caro", el debate del precio de los libros y del bajo consumo de los mismos no es nuevo. El escritor y periodista británico comparaba el hobby de la lectura con otras formas de ocio y concluía entre otras cosas que si el consumo de libros es bajo, hay que asumir que la lectura es un pasatiempo menos apasionante para la mayoría que ir a las carreras de galgos, al fútbol, al cine, o al pub de la esquina a tomar unas pintas, y que esto no es culpa de que los libros sean demasiado caros sino de que la gente pasa leerlos. También concluía Orwell que leer es probablemente la afición más barata que existe.
Yo no sé si hay una conspiración contra el libro como apuntó Juan Cruz en un artículo en El País hace unos meses, tampoco sé de quién es la culpa de que la gente cada vez se acerque menos a las bibliotecas y a las librerías, tampoco sé por qué en las listas de los más vendidos siempre están los mismos libros una y otra vez, con distintos títulos y escritos por los mismos autores a partir de la misma fórmula. Tampoco tengo claro por qué en España, a la gente que se dedica a escribir, a los escritores que quieren vivir de la literatura les resulta más difícil publicar que a la gente que no se dedica a la literatura. En España, dejando aparte a los consagrados, es más fácil que publique un presentador de televisión, un deportista o un famosete de medio pelo que alguien que se dedique a la literatura y pretenda vivir de ella. No sé por qué pasan estas cosas, tengo mis sospechas claro, pero no estoy seguro..., qué coño sí que lo sé, pero hablar de ello me entristece y me cabrea.
jueves, 5 de septiembre de 2013
Quemar los días
"Sólo en los libros encuentra uno la perfección, sólo en los libros ésta no puede estropearse. El arte, en cierto sentido, es la vida detenida en un punto muerto, rescatada del tiempo. El secreto para hacer arte es sencillo: desechar todo lo que es aceptablemente bueno."
"En la juventud da la sensación de que las preocupaciones de uno son las mismas que las de todo el mundo. Más adelante queda claro que no es así. En la última etapa vuelven a coincidir. Al final todos somos pobres. Las frases del guión ya se han pronunciado. El escenario queda vacío y desnudo."
James Salter. Quemar los días.
-Quemar los días. James Salter. Editorial Salamandra. 446 páginas. 20 euros. Lo presto.
miércoles, 4 de septiembre de 2013
lunes, 2 de septiembre de 2013
Un sueño
En Junio de 1964, tres activistas del Movimiento por los Derechos Civiles que formaban parte del grupo de voluntarios del Verano de la libertad, acuden a un pueblo del estado de Mississppi en Estados Unidos para concienciar a los ciudadanos negros de la necesidad de registrase para poder ejercer el derecho a voto. James Chancy, Andrew Goodman y Michael Schwerner, eran miembros del Consejo de Organizaciones Federadas, una asociación que reunía a varias organizaciones que luchaban por la igualdad de derechos de los afroamericanos. La hostilidad con la que racistas sureños recibieron a los miembros del COFO fue enorme. La noche del 21 de Junio, los tres activistas, dos blancos y uno de color, son detenidos por el sheriff local por exceso de velocidad y trasladados hasta dependencias policiales donde permanecen hasta las diez de la noche, momento en el que son puestos en libertad y desaparecen sin dejar rastro. A los 44 días de la desaparición son encontrados los tres cadáveres de los activistas en un terraplén de una granja de la zona con señales de haber sido golpeados y ejecutados a tiros. Las investigaciones del FBI concluyeron que tras ser liberados habían sido perseguidos por miembros del ku klux klan y por el ayudante del sheriff. Tras alcanzarles y obligarles a detener el coche fueron linchados y asesinados.
El caso causó una gran conmoción en Estados Unidos y recrudeció aún más
los problemas raciales de la
sociedad norteamericana. En
estos hechos se basa la
gran película que Alan Parker
dirigió en 1988. Recuerdo lo
que me impactó esta película cuando la
vi siendo un adolescente, me he acordado
de Arde Mississippi estos días en la
playa, mientras leía debajo de la sombrilla un artículo sobre el 50 aniversario de uno de
los discursos más célebres y hermosos del siglo XX, el que
dio el reverendo Martin Luther King, líder del Movimiento por los Derechos Civiles, el 28 de agosto de 1963
en Washington. El 28 de Agosto de 1963 unas 300.000 personas, la mayoría
de raza negra, se congregaban en la explanada que separa el edificio de homenaje a Lincoln del
obelisco que recuerda a George Washington para seguir la marcha sobre
Washington por el trabajo y la
libertad.
Un siglo antes de ese
día, en 1863, el presidente Abraham Lincoln declaraba libres a los esclavos de los 10 estados confederados, todavía no había terminado la guerra civil.
Al año siguiente el congreso
aprueba la enmienda número 13 de la constitución que prohíbe la
esclavitud. Pero en 1963 un siglo
después de aquello los negros eran discriminados y segregados en
colegios, hoteles, restaurantes y autobuses, su vida diaria estaba separada de la de los blancos. No tenían derecho a votar,
y el matrimonio entre negros y blancos estaba prohibido. En los años cincuenta
los asesinatos de negros a manos de
blancos por cuestiones racistas
no eran algo fuera de lo común, y en muchos estados del sur no se castigaba a los culpables. Así estaban las
cosas hace cincuenta años en el país que parió la democracia liberal. Ser negro
en los USA en 1963 era estar condenado al racismo, al
gueto y a la miseria, sobre todo en el sur.
![]() |
Arde Mississippi. Alan Parker. 1988. |
A principios de 1950,
la población afroamericana harta de los abusos empieza a
organizarse, nace el Movimiento por los Derechos Civiles. En 1955 la
costurera negra Rosa Parks se sube a un autobús en Montgomery (Alabama) y se
sienta delante. En la siguiente parada
un blanco se sube y la obliga a levantarse y cederle su asiento como manda la ley, la Parks le dice al hombre
blanco que naranjas y se monta el carajal, el conductor interviene y
recomienda a la Parks ceder el sitio, es la ley, si no se levanta tendrá que llamar
a la policía, pues llámala, Rosa Parks es
detenida y pasa la noche en el calabozo. Al día
siguiente comienza uno de los momentos clave de la lucha por los derechos civiles, los negros dejan de utilizar
el autobús y se organizan en coches
compartidos o caminan incluso veinte kilómetros diarios para acudir al trabajo, los taxistas
negros como apoyo al boicot cobran la
misma tarifa que los autobuses. El boicot se alargó durante un año y provocó graves
pérdidas en la empresa de transportes,
finalmente la Corte Suprema de Justicia declaró incosntitucionales las
leyes que exigían la segregación en los
autobuses de Montgomery.
El 28 de agosto de 1963, el reverendo Martin Luther King
fue el último hablar, empezó leyendo un
discurso preparado, mencionando la coincidencia de la marcha con la fecha de conmemoración de los 100 años de la Proclamación de Emancipación de los esclavos “Pero 100 años después, el negro aún no es libre (...)El negro vive en una
isla solitaria de pobreza en medio de un inmenso océano de prosperidad material” al
rato suelta los papeles y empieza a improvisar
utilizando la mítica frase “I have
a dream” que repitió hasta nueve veces “Sueño que mis
cuatro pequeños hijos vivirán un día en un país en el cual no serán
juzgados por el color de su piel, sino
por los rasgos de su personalidad”
.El discurso no tiene desperdicio.
![]() |
Martin Luther King el día de su famoso discurso en Washington |
Algunos líderes afroamericanos como Malcolm X, con un
discurso más radical partidario de la acción violenta y de la supremacía negra
criticaron y restaron importancia a la marcha y a las palabras de King, pero un
año después se aprobó la Ley de Derechos Civiles, y en 1966 se terminó con la discriminación en el ejercicio
del sufragio. En la actualidad la persona de más
peso en los medios de comunicación norteamericanos es una mujer negra, Oprah Winfrey, y el
presidente es un hombre negro,
probablemente mucho más de lo que soñó
el reverendo aquel día de 1963. El
discurso de Luther King sirvió para remover conciencias y generar debate, y
también para cambiar la historia. Cincuenta años después de aquel discurso la discriminación legal
es historia en Estados unidos, y la
situación de los afroamericanos está a años luz de la de 1963, pero los
prejuicios y el racismo (no hay ley que acabe con eso) continúan,
también la desigualdad entre blancos y negros. El activismo de King no se
limitó a reivindicar los derechos de los afroamericanos, siempre estuvo con los
pobres, luchando por la justicia social. El legado del reverendo continúa y su discurso
aún sigue vivo y vigente en muchos aspectos.
Martin Luther King fue acosado durante años por el FBI y
acusado por su director J.Edgar Hoover de ser comunista. En aquello años de la
guerra fría la paranoia anticomunista
estadounidense hacía ver en el trasfondo de cualquier protesta social una
conspiración bolchevique. Luther King siempre negó ser comunista o tener
ninguna relación con el Partido Comunista, incluso se tomó la cosa con cierta
guasa.
“Hay tantos comunistas en nuestro movimiento de libertades como esquimales en Florida”.
“Hay tantos comunistas en nuestro movimiento de libertades como esquimales en Florida”.
Es recomendable
acercarse a figuras como la de Luther King
para comprender que los derechos no vienen del cielo, que ha habido
gente que ha sido encarcelada,
torturada, incluso asesinada mientras peleaba por conseguirlos.
A veces estamos tan metidos en la
inmediatez de la actualidad que olvidamos echar
la vista atrás, entender la historia reciente y no tan reciente,
comprender lo que pasó ayuda a comprender lo que pasa.
En mi opinión hay un aspecto que añade mérito a la figura de Martin Luther King, su apelación constante a la no violencia, siempre defendió que la violencia era el veneno de cualquier protesta social, y como ha demostrado la historia en múltiples ocasiones tenía razón.
En mi opinión hay un aspecto que añade mérito a la figura de Martin Luther King, su apelación constante a la no violencia, siempre defendió que la violencia era el veneno de cualquier protesta social, y como ha demostrado la historia en múltiples ocasiones tenía razón.
“Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de
obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer
nuestra sed de libertad bebiendo de la
copa de la amargura y el odio”
Cuando en Noviembre de ese mismo año de 1963 asesinaron a Kenedy, mientras se dirigía al funeral, Martin Luther King le dijo a uno de sus colaboradores “si han podido matar al presidente, yo no llegaré a los cuarenta”. Lamentablemente el reverendo acertó. En abril de 1968 recibió un disparo mortal de un supremacista cuando se encontraba apoyando una huelga de basureros.
Cuando en Noviembre de ese mismo año de 1963 asesinaron a Kenedy, mientras se dirigía al funeral, Martin Luther King le dijo a uno de sus colaboradores “si han podido matar al presidente, yo no llegaré a los cuarenta”. Lamentablemente el reverendo acertó. En abril de 1968 recibió un disparo mortal de un supremacista cuando se encontraba apoyando una huelga de basureros.
Os invito a acercaros
a la figura de Martin Luther King, os animo a que leáis el discurso completo y
a que dediquéis 16 minutos al vídeo, y ya que estáis a
pegarle un revolcón a Arde Mississippi, y de paso no perdáis de vista Matar a un
ruiseñor de Harper Lee y la gran adaptación al cine que hizo Robert Mulligan de
la novela.
Ah, y no perdáis el tiempo
odiando. Saludos cordiales.
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domingo, 1 de septiembre de 2013
Septiembre
Decía Goethe que aquel que encuentra la paz en su hogar es
el más feliz de los seres humanos. Siempre que vuelvo a casa tras pasar unos
días fuera, después de comprobar que todo sigue en su sitio, que no
han entrado los cacos a llevarse los cuatro trastos que para uno tienen
valor, me invade una sensación de paz al estar otra vez entre mis cosas, cosas
que son una vida entera metida en sesenta metros cuadrados. Vale que es un
coñazo volver al trabajo y a la rutina después de haber estado oreándose quince
días en la playa, pero para mí lo mejor de la vuelta es volver al
nido. Cuando era más joven era más callejero, de hecho estaba siempre en
la calle, pero de unos años a esta parte me he vuelto un tortuga y donde
mejor lo paso es en mi casa, al fin y al cabo la casa es un cascarón. Hace poco
viendo una entrevista que le hicieron a Rafael Azcona me sentí muy identificado
con algo que dijo el guionista sobre el hogar " la casa tiene una cosa muy
buena que es la llave, uno llega, echa la llave, y el mundo queda fuera".
Es verdad, llegar a casa y echar la llave es darle al mundo una patada en
el culo durante un tiempo.
El año empieza en septiembre y septiembre suele ser el mes
en el que colocamos las cosas pendientes, es un mes muy cómodo en este
sentido, uno dice en junio, en septiembre sin falta me pongo con el
inglés, en septiembre me acabo de una puñetera vez el Ulises de Joyce, en
septiembre, sin falta, salgo una hora a andar rápido...y nada, llega octubre y
volvemos a aplazar la cosa. En septiembre aparte de lo dicho me he propuesto
algo que sí voy a cumplir, dinamizar el blog, seguirá habiendo entradas
largas, pero las alternaré con entradas que serán
simplemente imágenes, vídeos, citas, apuntes sobre libros y pelis que voy
leyendo y viendo, etcétera. Aprovecho para dar la bienvenida a los que os
habéis incorporado recientemente. Por lo que he visto he sido el más gandul del mes de agosto, veo muchas
publicaciones, algunas con muy buena pinta. Me pondré al día con vuestros
blogs. Hasta dentro de un rato. Saludos cordiales.
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