Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
Un misterioso sol amanecía.

José Hierro

domingo, 5 de diciembre de 2021

Diario de un mal año, de J.M. Coetzee


En los tiempos de los reyes, se le decía al súbdito: Eras súbdito del rey A, ahora el rey A ha muerto y he aquí que eres súbdito del rey B. Llegó la democracia y por primera vez, se le dio al súbdito una alternativa: ¿Quieres (colectivamente) que te gobierne el ciudadano A o el ciudadano B?
Al súbdito se le presenta siempre el hecho consumado: en el primer caso el hecho de su condición de súbdito; en el segundo, el hecho de la alternativa. La forma de la alternativa no se puede discutir. La papeleta de la votación no dice: ¿Quieres a A, a B o a ninguno de los dos? Ciertamente nunca dice: ¿Quieres a A, a B, o a nadie en absoluto? El ciudadano que expresa su insatisfacción con la forma de la alternativa ofrecida por los únicos medios de que dispone, absteniéndose o bien invalidando su papeleta de votación, sencillamente no cuenta, es decir, no se le tiene en cuenta, se le ignora.

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Enfrentado a una alternativa entre A y B, dada la clase de A y la clase de B que suelen llegar a aparecer en las papeletas, la mayoría de la gente, las personas corrientes, se inclinan en su fuero interno a no elegir a ninguno de los dos. Pero eso es solo una inclinación, y el estado no se ocupa de inclinaciones. Las inclinaciones no son una moneda corriente en política. El estado se ocupa de las alternativas. A la persona corriente le gustaría decir: Unos días me inclino por A, otros por B, y otras veces ni A ni B, sino algo totalmente distinto. El estado sacude la cabeza. Tienes que elegir, dice el estado: A o B. 

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"Extender la democracia", como está haciendo ahora Estados Unidos en Oriente Medio, significa extender las reglas de la democracia. Significa decirle a la gente que, mientras que antes no tenían ninguna alternativa, ahora tienen una. Antes tenían A y nada más que A; ahora pueden elegir entre A y B. La expansión de la libertad y la expansión de la democracia van de la mano. Quienes se dedican a expandir la libertad y la democracia no ven ninguna ironía en la descripción del proceso que acabo de hacer.

J.M. Coetzee. Diario de una mal año.