Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
Un misterioso sol amanecía.

José Hierro

viernes, 8 de febrero de 2013

Andanzas librescas


Brujuleando hace unos días en la librería de un centro comercial, me enteré de que uno de los libros más vendidos de España es el de un presentador de televisión, para más señas el del presentador del programa más cutre, casposo y salchichero de la televisión patria. Al principio me llamó la atención que uno de los libros más vendidos en  España (el número 1 durante algunas semanas), no fuera el de alguien que se dedica a la literatura, el de un escritor bueno, malo o regular que escribe libros buenos, malos o regulares, sino el de un  presentador de televisión que presenta el programa  más cutre y embrutecedor de la tele española. Enseguida caí en que es normal que uno de los libros más vendidos en España sea el del presentador del programa de telecaca más exitoso de la televisión nacional, la cosa es de una lógica aplastante, el caso es que al final acabó llamándome la atención que aquello me llamara la atención.
Por lo que leí en la contraportada, el presentador de marras cuenta en el libro su peripecia vital, su lucha por la vida, la peripecia del presentador consiste en su llegada a Madrid para trabajar como periodista y su ascenso a la cumbre de la telebasura. El libro se vende como rosquillas.

¿Se ha vendido la literatura al marketing y a la industria del entretenimiento?, ya te digo…la literatura también se ha sumado desde hace tiempo a esa consigna de la que hablaba  Vicente Verdú en su ensayo El estilo del mundo y que es “Divertirse hasta morir”, y a esa banalización del arte y la literatura  de la que habla Vargas Llosa en La civilización del espectáculo, y que pone el entretimiento puro y duro, el pasarlo teta, el usar y tirar, por encima de todas las cosas. La cultura no vende, es un coñazo, hay que ponerle salsa para que la gente trague, la calidad queda en último plano, primero entretener, divertir, pasarlo chupi. La idea es conectar con el espectador en el caso del cine y con el lector si hablamos de literatura, que se ría cuando se tiene que reír que llore cuando tiene que llorar y que se emocione cuando toca, si esto lo aliñan con un poco de folleteo miel sobre hojuelas, cuidado con mascar la chapa, cuidado con ponerles en un aprieto, cuidado con incomodarles con crudas realidades,  cuidado con sacarles del esquema planteamiento-nudo-desenlace,  cuidado con hacerles pensar más de la cuenta, se aburrirán, cuidado con hacerles reflexionar, se cansan y no vuelven. ¿Os acordáis de Dickenslandia?. No digo que esté mal que el cine y la literatura busquen entretener, de hecho es recomendable que lo hagan, lo que mosquea es que de un tiempo a esta parte busquen única y exclusivamente eso, o que la mayoría busque exclusivamente eso en la literatura y en el cine.
El tema tiene miga porque abre un debate que obliga a preguntarse qué es la cultura, o qué es el arte, menudo lío, o qué era antes y en qué se ha convertido ahora,  o a distinguir entre alta cultura y cultura popular o cultura de masas, el carajal está servido.  Un tema interesante y polémico al mismo tiempo.
Pero estábamos en la librería del centro comercial. Después de enredar un rato por los más vendidos seguí brujuleado y me encontré con Aquel domingo un libro de Jorge Semprún. Llevaban tiempo recomendándome los libros de Jorge Semprún, sobre todo cuando salía el tema de la Segunda Guerra Mundial, de la guerra civil española, del nazismo o el comunismo. No había leído nada de Semprún,  cosas sobre él sí, entrevistas y documentales sobre su vida. Estuve ojeando la contraportada de Aquel domingo y me resultó más interesante que la del pelotazo editorial del presentador supersónico. De hecho,  por lo que he leído la peripecia vital de Jorge Semprún es bastante más interesante que la de la estrella televisiva,  porque Jorge Semprún fue testigo y partícipe de algunos episodios clave de la historia del siglo XX.
He disfrutado mucho con este libro, Aquel domingo no es una novela, es un libro de memorias. Un viaje desordenado que hace Semprún por su propia memoria, en el que reflexiona sobre la vida y la muerte, sobre la supervivencia, sobre el nazismo y el comunismo, sobre política, literatura y filosofía. Semprún parte del recuerdo de un Domingo de Diciembre de 1944  en el campo de concentración de Buchenwald, en el que fue hecho prisionero  durante la ocupación alemana por pertenecer a la resistencia francesa. Partiendo de este recuerdo Semprún pasea por su memoria, habla y reflexiona sobre su militancia en el partido comunista, sobre su vida clandestina, sobre su condición de preso privilegiado en Buchenwald, sobre el marxismo,  sobre lo parecidos que son los regímenes totalitarios de uno y otro color, sobre el siglo XX en definitiva.
 Leyendo “Aquel domingo” de Jorge Semprún me acordé de  Vida y destino de Vasili Grossman, un libro que leí hace tiempo y al que he vuelto ahora, Vasili Grossman fue un escritor y periodista ruso. Apoyó la revolución de 1917, y fue testigo como correponsal de guerra soviético durante la II Guerra Mundial, de las atrocidades de los nazis y de las del régimen de Stalin. El libro es consecuencia de esa experiencia vivida. Grossman intentó publicar Vida y destino a principios de los sesenta pero no le dejaron claro, la KGB destruyó el manuscrito, por suerte había más copias.
Vida y destino es una novela monumental, bueno,  no sólo es una novela,  también es un análisis político de la primera mitad del siglo XX, esta novela de Vasili Grossman, y las memorias de Jorge Semprún se reafirman en una misma idea, una idea que todavía sigue creando polémica:  nazismo y comunismo, aun partiendo de orígenes y tradiciones distintas, tienen  mucho en común y comparten un concepto, totalitarismo. Ambos fueron utopías totalitarias que aplastaron seres humanos con la promesa del paraíso en la tierra. Los que tengáis interés por la historia del siglo XX, no perdáis de vista Vida y destino, ni Aquel domingo de Jorge Semprún.
Os dejo, que esto se alarga y empieza en la tele un peliculón, Taxi driver, nada menos.

 Saludos cordiales.

-Os dejo un artículo sobre la vida y la obra de Jorge Semprún.
 http://www.elcultural.es/noticias/LETRAS/1733/Semprun_toda_una_vida_a_traves_de_su_obra
- Aquel domingo. Jorge Semprún. Tusquets (colección andanzas). 1999. 445 páginas. 20 euros. Los libros de Semprún son fáciles de encontrar en bibliotecas municipales.
- Vida y destino. Vasili Grossman. Galaxia Guttemberg. 2007. 1104 páginas. 24,70. Hay una edición en bolsillo por 12,30 euros. Vida y destino es larga y dura de leer, en mi opinión es de las que entran mejor en invierno, tirado en el sillón al calor de la calefacción y la lámpara de pie mientras fuera llueve y hace frío,  que en verano tirado en la hamaca mientras el sol nos fríe la quijotera. Es sólo una sugerencia.
El estilo del mundo. La vida en el capitalismo de ficción. Vicente Verdú. Anagrama. 2003. 9,90 euros.
-La civilización del espectáculo. Mario Vargas Llosa. Alfaguara. 2012. 16,60 euros.