Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
Un misterioso sol amanecía.

José Hierro

lunes, 7 de diciembre de 2015

Ciudad de caníbales, de Alexander Drake



Uno en realidad es consciente de lo mal que ha hecho las cosas cuando busca en su trabajo un refugio para las obligaciones de la vida ociosa. Cuando un hombre se casa comete un grave error. Cuando tiene hijos termina de joderla. Yo sólo pisé la primera de las minas; y de alguna manera conseguí salir de aquello.

**

-Viktor, desengáñate; no hay cabida para este guión en nuestro negocio.
-Pero esta película podría ser un punto de inflexión. Algo que cambiase la forma de pensar de la gente.
-La gente no quiere cambiar de forma de pensar, no quiere ver la realidad, no quiere saber más de lo necesario, y por supuesto no quiere tener que enfrentarse a nada. Lo que la gente quiere es tener un referente, alguien a quien imitar. Una imagen que les guíe a través de sus vidas sin sentido. Quieren  ver algo como Missing Love.
-Por favor, esa película era una auténtica basura.
-Sí lo era, pero recaudó 80 millones de dólares. ¿Cómo explicas eso?
-Tengo una teoría.
-¿Cuál?
-La gente es idiota. No toda pero sí la mayoría.
 
**
 
A las seis y media salí del despacho, monté en el coche y me acerqué a un bar de Canyon Boulevard. Me senté frente a la barra y pedí un whisky. Tan solo quería beber y olvidarme de todo durante un instante. Poco más tarde se me acercó una tía medio borracha y empezó a hacerme unas preguntas de lo más disparatadas.
 
- ¿Y tienes hijos?
-No.
-¿Por qué no?
-Porque nunca he querido tenerlos.
-Eso es porque aún no te ha llegado el instinto paternal.
-Si viene algún día le pegaré un tiro entre los ojos.
-Es una pena, porque apuesto a que tendrías unos hijos guapísimos- dijo con una mirada y un tono de voz más que delatores.
 
Acabamos en su casa. Bebimos un par de copas más y después nos acostamos.

Alexander Drake. Ciudad de caníbales.



Alexander Drake es el seudónimo de un tipo de San Sebastián que escribe, le conocí a raíz de leer Ocho relatos de boxeo, aquel libro me encantó, de hecho he vuelto a releerlo varias veces y nunca me canso de recomendarlo, tanto me gustó que le dediqué una entrada. Drake al que no conocía de nada se puso en contacto conmigo para agradecerme la reseña y en septiembre tuvo el detalle de enviarme su última novela Ciudad de caníbales publicada por Ediciones Lupercalia, una editorial imprescindible para los que tienen interés por lo que ocurre en el patio trasero del circuito literario convencional, al margen de los suplementos culturales, las novedades y los escaparates. Leí la novela en cuanto me llegó, y me gustó mucho, tomé algunas notas con la intención de escribir una entrada. He vuelto a leer el libro para tenerlo fresco  y me ha gustado mucho más que en la primera vuelta.

Viktor es un representante de actores que trabaja para una agencia de Los Ángeles. Vive solo y aparentemente tiene todo lo que un tipo de su edad puede desear: un buen trabajo, un buen apartamento y todas sus necesidades satisfechas; está bien comido, bien vestido y practica sexo siempre que lo necesita, pero pobre Viktor, qué solo perdido y vacío está. La novela está ambientada en el Hollywood de los 80 y tanto la vida de la ciudad como la vida de Viktor reflejan la soledad del hombre de estos tiempos víctima del individualismo feroz y la cultura del éxito, éxito basado exclusivamente en lo profesional, en lo material, en el dinero. El protagonista de Ciudad de caníbales recuerda a los personajes de Huxley en  Un mundo feliz, gente harta de diversión y de satisfacción inmediata pero totalmente hueca en cuanto a sentimientos y relación con los otros.

La prosa de Alexander Drake es seca, directa y clara,  de las que llega, golpea y cala. La novela está llena de humor cínico y sexo bizarro pero tiene un fondo de amargura bestial. El capítulo 11 en el que se narra el encuentro de Viktor con una prostituta primeriza es demoledor. Alexander Drake tiene algo que cada vez tienen menos escritores jóvenes: mirada, capacidad para observar y profundizar,  y eso se nota a la hora de hacer que los personajes y las tramas sean creíbles. En resumen Alexander Drake hace buena literatura. Ciudad de caníbales se lee en una tarde pero es de esos libros que uno se pasa rumiando varios días. No lo perdáis de vista.

-Ciudad de caníbales. Alexander Drake. Ediciones Lupercalia. Septiembre de 2015. 12,95 euros.