Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
Un misterioso sol amanecía.

José Hierro

domingo, 1 de junio de 2014

Pasión de los fuertes, de John Ford

 

Nadie ha filmado mejor que Ford un baile, un tipo hablando a una tumba, unos jinetes cruzando un río, la vejez, la soledad, la desilusión, la familia alrededor de la mesa, los entierros, las cocinas, el amor, los crepúsculos, el pocillo del café junto a la hoguera, las brumas, el deber, el cielo, los rostros, los caballos, las barras de los bares y esa cosa tan manida que llamamos existencia.

José Luis Garci

 
John Ford era de esos artistas que nunca pronuncian la palabra arte, y de esos poetas que no hablan nunca de poesía. Lo que más me gusta de la forma de trabajar de Ford es la primacía que concede a los personajes, con una regia facilidad, John Ford sabía hacer reír al público o hacerle llorar. Lo único que no sabía hacer era aburrir.
 
Francois Truffaut