Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
Un misterioso sol amanecía.

José Hierro

lunes, 28 de enero de 2013

Fe, razón y cine

 Hace poco  coincidí tomando algo con unos amigos de unos amigos que tienen una compañía de teatro en Valladolid y estaban representando en la sala Cuarta pared de Madrid El Juicio de Dayton,  una adaptación libre de la película de Stanley Kramer La herencia del Viento. La obra no tuve oportunidad de ir a verla, pero me han dicho que lo bordan y que ha recibido muy buenas críticas. Estuvimos hablando de la teoría creacionista y de cómo todavía a estas alturas sigue pegando fuerte en algunas zonas de EEUU. Me quedé con la copla, estuve brujuleando y busqué la película, llevaba años sin verla.
 

La herencia del viento (1960), es una adaptación de la obra de teatro de Jerome Lawrence y Robert E, y está basada en uno de los casos más populares de la jurisprudencia norteamericana, en el verano de 1925 en el estado de Tennessee, un iluminado predicador llevó a los tribunales a un profesor por enseñar en sus clases la teoría de la evolución de Darwin, y negar la creación divina tal y como recoge la Biblia. El profesor fue detenido y enchironado por violar la ley del estado, que prohibía a los maestros de las escuelas públicas explicar cualquier teoría de la creación del hombre que se apartase de lo dicho en la Biblia, o sea, explicar a los chavales que el hombre procede de un animal inferior, explicar que no somos el centro del universo, que de hecho ni siquiera somos el culo,  sino un animal más que en lugar de ir a cuatro patas va a dos  y en lugar de ladrar o rebuznar habla y piensa (algunos tienen la habilidad de maltratar estas capacidades convirtiéndolas en ladridos y rebuznos claro), y que no debemos estas cualidades al soplo divino sino a los caprichos de la naturaleza. El juicio fue seguido por los grandes medios de comunicación de la época y tuvo una gran repercusión mediática. La controversia estaba servida. Esto ocurrió hace cuatro días,  en pleno siglo XX.


El abogado defensor Henry Drummond (Spencer Tracy), con una Biblia en una mano y El origen de las especies en la otra.
 
 

La película vista hoy sigue teniendo una fuerza brutal,  el duelo que se da en la sala del juicio entre la fe llevada al extremo, y la razón y la inteligencia, no tiene desperdicio y está lleno de frases para enmarcar, "el fanatismo y la ignorancia desarrollan mucha actividad y necesitan alimentarse" o "La Biblia es un libro. Es un buen libro, pero no el único libro", y es que la película más que un duelo entre ateos y creyentes, es un duelo entre el sentido común y el fanatismo religioso, entre la razón y la fe ciega. Curiosamente en aquel pueblecito del estado de Tennessee en 1925, David es la razón y Goliat el fanatismo. Spencer Tracy representa al abogado del maestro, y está enorme, y Gene Kelly, aunque en  ésta no se pega ningún baile borda el papel de periodista sin escrúpulos en busca de carnaza.
 
Algunos opinan que la película es maniquea, que pinta a los creyentes como cabestros y a los no creyentes como gente razonable. No estoy de acuerdo, la película se basa en un hecho concreto en un momento concreto de la historia de EEUU, y en mi opinión no invita a generalizar, la película denuncia la ignorancia, el fanatismo, y el fundamentalismo religioso al que se llega cuando se lleva la religión y la fe al extremo más extremo de todos los extremos, y aboga por la tolerancia y el respeto a todas las ideas y creencias. Al fin y al cabo todos necesitamos creer en algo, como dice Spencer Tracy al final de la película "todos lo hombres tienen un ideal", "personas, amor, un ideal al que agarrarse..."
 
 La mayoría de los creyentes que conozco son gente razonable con la que se puede hablar abiertamente sobre estos temas, y la mayoría concilian ambas posturas cuando se habla de creacionismo y evolución. En mi opinión el debate entre agnósticos y creyentes es interesante pero no lleva a ninguna parte, porque el tema de Dios es una cuestión de fe, y la fe o se tiene o no se tiene,no es una teoría que se estudia y se aprende,  Dios y la fe no se explican, no hay una ciencia de Dios. Creo que era Kant el que decía que cuestiones como la existencia de Dios y la inmortalidad del alma siguen en el campo de la metafísica porque se llevan debatiendo desde la época de Platón y Aristóteles sin llegar a ningún acuerdo, sin avanzar, sin pasar de la especulación, sin embargo la física, la biología y  las mates están en el campo de la ciencia porque se basan en hechos manifiestos sobre los que se construyen las leyes, por eso la ciencia avanza y los científicos se ponen de acuerdo. Fe y razón, un lío. 

Hace tiempo leí un libro que se titulaba Con Dios o sin Dios, diálogo entre un agnóstico y un creyente. El libro consistía en la correspondencia entre un catedrático de filosofía, agnóstico, y un profesor de teología creyente, no intentaban convencerse el uno al otro,  sino reflexionar sobre sobre su propia postura y la contraria intentando entenderse. A raíz de rever la película lo he estado buscando en casa y no aparece, no hay nada que me joda más que buscar un libro que sabía que tenía por casa y no encontrarlo, cabrea bastante, seguro que me lo dejé en un bar, o en el asiento de algún vagón de metro, o que se lo presté a alguien que ya ni se acuerda de que está cogiendo polvo en su estantería, dónde andarás libro.
 
 La herencia del viento es un peliculón, de las que ponen a trabajar a las neuronas, de las que uno se tira masticando varios días, es lo que tienen los clásicos. Si tenéis la suerte de no haberla visto, no sé a qué estáis esperando. Y si andáis por Valladolid no dejéis de ir al teatro a ver El Juicio de Dayton.
 
Saludos cordiales.

-La herencia de viento. (Inherit the wind). 1960. Stanley Kramer. Guion de Harold Jacob Smith & Ned Young (Teatro: Jerome Lawrence & Robert E. Lee). Música de Ernest Gold. Fotografía de Ernest Laszlo. Se llevó el Oso de Plata y el premio a mejor actor (Fredric March) en el Festival de Berlín de 1960, y estuvo nominada a cuatros oscars.
Reparto: Spencer Tracy, Fredric March, Gene Kelly, Dick York, Claude Akins. 

martes, 22 de enero de 2013

Los libros libres

 

 
Hace unos días un amigo me llevó a LibrosLibres (gracias Juan Carlos) una librería gratuita que está en el barrio de Chamberí. Gratuita significa que los libros son por la patilla, llegas, rebuscas, y lo que te gusta te lo llevas sin pasar por caja, hay de todo, novela, ensayo,  poesía,  y mucho más,  también tienen  películas. La idea es facilitar el acceso gratuito a la literatura y al cine. LibrosLibres vive de las suscripciones, de las donaciones de libros de particulares y alguna editorial, y de la voluntad que uno quiera dejar cuando se pasa por allí y se lleva un libro o dos (o los que quiera) debajo del sobaco. La suscripción es voluntaria y es de 12 euros al año, pero no da ningún derecho sobre nada, es una donación, una ayuda para que el proyecto siga en pie, suscriptores y no suscriptores se pueden llevar los libros que quieran (los que quepan en las manos) cada vez que vayan. Además de haciéndose suscriptor o dejando la voluntad se puede colaborar haciendo una donación de libros. El importe de las suscripciones y los donativos se destina a pagar local, luz, y  agua,  y a centros educativos en países como Nepal, Nicaragua o Colombia, donde envían libros y tienen becados a125 niños, también colaboran en proyectos de educación aquí para chavales en riesgo de exclusión.
Por allí anduvimos brujuleando, como era el primer día,  fui discreto y sólo me llevé una edición cojonuda de las tragedias de Shakespeare y Las ratas, uno de los pocos libros de Delibes que no tenía por casa.  Pero volveré, me han dicho que en función de lo que entre se puede llevar uno más de una joyita descatalogada.
 
 
Después de escarbar en  LibrosLibres estuvimos un rato patrullando la ciudad y tomando unos vinos. Cuando llegué a casa y me metí en la cama, estuve ojeando las tragedias de Shakespeare y preguntándome cuánto vive un libro, ¿cincuenta años?,¿ cien años?, cuánta gente los puede leer y manosear y durante cuánto tiempo, cuánta gente más leerá los libros que hay en LibrosLibres, libros que en un momento dado alguien no quiso y alguien volverá a querer, a leer y a manosear hasta que  los donen a una librería, a una biblioteca municipal, a algún amigo, o en el peor de los casos al contenedor de papel que hay debajo de su casa y vuelta a empezar. Me preguntaba que será de los libros que tengo en casa cuando estire la pata a los 90 años en la  cama mientras duermo lleno de buena salud, que pasará con esa biblioteca que uno se ha ido haciendo desde que se aficionó a esto de la literatura, supongo que algunos acabarán en casa de mis sobrinos y otros en alguna biblioteca municipal o en alguna librería de viejo. Debería haber más sitios como LibresLibres y más bibliotecas municipales, de momento gracias a sitios como LibrosLibres y a las bibliotecas municipales todavía se puede leer gratis, uno puede leerse los clásicos en la biblioteca del barrio sin gastarse un duro, a ver lo que dura la cosa. En mi ciudad, que tiene 210.000 habitantes hay siete bibliotecas municipales, algunas puede que cierren por falta de presupuesto, no hay dinero para bibliotecas públicas, el dinero es para el alcalde que se lleva 100.000 euros  al año y para los concejales “a tiempo parcial” que se llevan 40.000, no estamos para libros con la que está cayendo, hay que apretarse el cinturón,  lo primero es lo primero, que los políticos estén bien pagados y luego ya veremos. El otro día me decía Juan el bibliotecario que no hay un duro para las bibliotecas, que llevan años sin poder comprar novedades, sin embargo las bibliotecas públicas  cada vez están más llenas con la crisis, en las bibliotecas municipales uno se puede conectar gratis a internet y leer calentito, hay gente que ya no puede pagar el adsl, y que tiene que elegir entre pagar la calefacción o llenar la nevera, así andamos.
 
 Ayer me volvió a entrar un forofo del libro electrónico, sonrisa de oreja a oreja y cacharro en mano. Ya lo dije aquí hace unos meses y lo mantengo,(no quiero generalizar, hablo desde mi experiencia personal)  la mayoría de los usuarios de libro electrónico que conozco es gente a la que no le gusta leer, gente que lee tres libros  al año, hay gente que lee por obligación, leer está muy bien visto, está de moda,  igual que hacer deporte, también hay gente a la que no le gusta el deporte y lo practica porque está de moda y bien visto o porque dicen que es bueno para el corazón, para ser una persona completa hay que ir al gimnasio, partirte el lomo en una bicicleta de montaña, comer sano, y leer, aunque no te guste, son ganas de sufrir.  A la mayoría de los entusiastas del libro electrónico que conozco, además de no gustarles leer tampoco les gustan los libros, ¿te puede gustar leer y no gustarte los libros?, les molestan los libros, los libros ocupan espacio, los libros cogen polvo, los libros pesan un huevo cuando hay que hacer mudanza, los libros son un coñazo, que se mueran los libros.  Nunca he entendido la necesidad de los entusiastas del libro electrónico de convertir a los que no lo somos, parecen testigos de Jehová captando prosélitos, qué cansinos. Disfruta tu chirimbolo y déjame a mí con mi tocho polvoriento.
El último libro que además de leer,  he olido, manoseado y subrayado ha sido Travesti de John Hawkes, John Hawkes era norteamericano y murió en 1998,  pero no comparte escaparate con Philip Roth, con Johnathan  Franzen o con Foster Wallace, yo no lo conocía de nada hasta que lo descubrí hace unas semanas leyendo  el blog de Rafael Reig que por aquí comparto. Los libros de John Hawkes han llegado a España gracias a una pequeña editorial que hay en San Sebastián, meettok,  y a la traducción de Jon Bilbao. Si uno no sabe nada de Travesti y lee la contraportada del libro piensa que está ante una novela más, ante una novela negra o un thriller con su planteamiento su nudo y su desenlace. Al rato de  empezar a leer travesti  uno se da cuenta de que no es una novela, sino un monólogo sobre la existencia, el arte,  la literatura, y la poesía.
 Un tipo conduce a toda leche un coche de gran cilindrada por carreteras secundarias junto a su hija y su mejor amigo, un poeta, el destino planificado del viaje es estamparse contra el muro de un granero abandonado a la máxima  velocidad posible y que no haya supervivientes.  Mientras se dirigen a su destino fatal, el tipo  habla a sus acojonados acompañantes sobre la vida y la muerte, sobre la existencia, y sobre la poesía.  Hawkes da bastante caña al escritor o poeta amigo de exhibirse, al escritor hecho personaje, también se despacha a gusto con el mercado editorial que da más importancia al escritor y a  su proyección social  que a su obra.
 
 
 
 
 
“¿Te das cuenta de que muchos de quienes admiran esos libros tuyos,  tan breves y  difíciles de encontrar, por poco que supieran cómo son en realidad tu vida y la mía, nos considerarían a mí un cobarde y a ti un inútil?”
 “porque te has pasado la vida sentado ante pequeñas audiencias, vestido con pantalones negros y camisa blanca con el cuello abierto ,con un cigarrillo colgando de los labios, los codos apoyados en las rodillas y las manos entrelazadas, como si estuvieras sentado en el retrete, contando a todas esas mujeres entusiasmadas  y a la vez hostiles que el poeta es siempre un traidor, un asesino, y que escribir poesía es como lanzarse a la muerte. Pero sólo era palabrería. Ahora, si volvieras a tener la oportunidad, hablarías a partir de la experiencia.”
 
 Recomiendo leer la novela de un tirón (son 130 páginas), os dejará sin aliento pero merece la pena. Y os recomiendo que si además de leer os gustan los libros,  os paséis por LibrosLibres con vuestros amiguetes, o con vuestras novias o vuestros novios a llevaros  los libros que queráis  por la patilla, luego si queréis y podéis, echáis unos leuros al bote, u os suscribís, o donáis los libros que tenéis arrumbados en el trastero antes de tirarlos al contenedor de  papel. Echadlos a  volar, dejadlos libres.

Saludos cordiales.
 
-LibrosLibres está en Madrid, en la calle Covarrubias 38. Si queréis más información aquí tenéis su página web http://www.librerialibroslibres.org/.
 
-Travesti. John Hawkes. Traducción y Posfacio de Jon Bilbao. Editorial meettok. El libro se publica en EEUU en 1976, la editorial meettok lo publica en España en 2012. De momento no abunda en las librerías, al menos en las que yo busqué, lo pedí a Amazon y en dos días lo tenía en casa. Cuesta 15 eurillos. Lo presto.
 
 
 
 
 
 
 

miércoles, 16 de enero de 2013

Más allá del Oeste



Ángel Fernández Santos habla en su magnífico ensayo "Mas allá del Oeste" de las salas de cine que existían en muchas ciudades de EEUU y que proyectaban sin cesar  películas de vaqueros. Cines baratos en los que tras pagar la entrada uno podía estar el tiempo que quisiera. Salas en las que siempre había gente, mañana, tarde y noche,  gente que acudía sola cuando salía de la oficina, gente que acudía a refugiarse del frío o del calor, gente que sufría insomnio, gente que iba a meterse mano, gente que iba a calmar su sed de ficción, gente que iba a soñar, a desconectar de la realidad o dejarla en suspenso durante un par de horas antes de volver a casa o al trabajo a enfrentarse a la rutina diaria. El western es el género cinematográfico que más invita a soñar, los personajes de las películas del oeste siempre persiguen un sueño, desde el indio gritón hasta el pistolero errante, pasando por el buscador de oro, el granjero y el colono. Todos tienen un sueño más o menos inalcanzable, más o menos honesto; los indios quieren que les devuelvan sus tierras, el empresario sin escrúpulos quiere hacerse rico, la mayoría simplemente establecerse en las nuevas tierras y empezar una nueva vida, incluso el malo, el forajido que mata por dinero o por afición amparado en la ausencia de civilización, busca la redención, dejar la vida errante, comprarse un rancho y casarse. Pero en el western como en la vida, siempre se interpone algo entre los personajes y lo que quieren conseguir. En el western se interpone el paisaje, el territorio hostil, los indios y la ausencia de leyes que propicia la ley del más fuerte y del más malo. En la vida la cosa no  cambia mucho. Siempre he pensado que el western, con su épica y con su aventura es una metáfora de la vida contemporánea.
Los cines baratos de los que habla Fernández Santos proyectaban películas b de bajo presupuesto, de las que se hacían en poco tiempo y por poco dinero, la mayoría se quedaron en pasatiempo para insomnes y soñadores, pero unas pocas con el tiempo se convirtieron en películas de culto que se hicieron un hueco entre las obras maestras del género, es el caso de algunas de las que hizo Boetticher, o de Johnny Guitar de Nicholas Ray.
 

Ayer volví a ver Johnny Guitar, me la sé fotograma a fotograma, pero da igual, siempre que la veo tengo la sensación de estar viendo algo nuevo y poco convencional, alejado de los cánones del género, porque Johnny guitar es mucho más que un western, uno se da cuenta desde  la primera escena. Como siempre el paisaje y el hombre a caballo que entra en plano, pero la música de Víctor Young y el jinete que en lugar de rifle y pistola lleva una guitarra cruzada a la espalda nos confirman que no estamos ante un western más, con su bueno y su malo, con su mujer sumisa, su vaquero y su indio gritón, nada de eso. Johnny guitar está protagonizado por mujeres, probablemente sea la única del oeste en la que la protagonista es una mujer con un revólver al cinto, Vienna, estupenda Joan Crawford  con esos ojos azules que traspasan la pantalla, y Emma, la mala más mala del imperio de las malas que he visto en el cine, Mercedes Mccambridge lo borda. Todo es atípico en este western, el color, el vestuario, y los decorados, hay planos en los que parece que estamos viendo un cuadro del romanticismo, y luego  está ese pueblo fantasma en el que nadie habita, ese saloon excavado en la roca que regenta Vienna a la espera de que llegue el ferrocarril y traiga la prosperidad a aquella tierra inhóspita, a la espera de que un mundo en extinción de paso a la vida moderna, a la civilización y al capitalismo. 



 El western es un género que gusta mucho o que no gusta nada, a casi todos los de mi generación cuando éramos niños nos gustaban las pelis de vaqueros, no ponían muchas más en la televisión. A mí a diferencia de otros me seguían gustando cuando me hice adolescente, y cuando me hice mayor, de hecho cada vez me gustan más, cada vez las encuentro más frescas y más actuales. Conozco a gente muy aficionada al cine que no puede con el western, les parece un género pasado de moda, rancio, machista y en ocasiones patriotero, y lo han desdeñado a priori sin darle una oportunidad, en mi opinión se equivocan, ellos se lo pierden.  
A los que al menos sientan curiosidad por el género les recomiendo Johnny Guitar de Nicholas Ray, y el ensayo de Ángel Fernández Santos, uno de los mejores libros de cine que he leído. 
Saludos cordiales.

-Más allá del Oeste. Ángel Fernández Santos. 1988. En 2007 Debate sacó una edición en tapa dura que cuesta unos 20 euros. Suele habitar en bibliotecas municipales. Lo presto.
Ángel Fernández Santos era crítico de cine y teatro, hizo críticas en el diario El País durante veinticinco años y colaboró con Víctor Erice en el guión de El espíritu de la colmena (1972). Murió en 2004.

-Johnny Guitar. Nicholas Ray.1954. Guión de Philip Yordan basado en la novela de Roy Chanslor. Música de Víctor Young (una maravilla). Fotografía de Harry Stradling. Protagonizada por Joan Crawford, que está espectacular y Sterling Hayden.

Os dejo aquí una entrada de uno que tiene un blog y no hace más que mascar la chapa con el western. http://alvarobernalquevedo.blogspot.com.es/2012/04/indios-y-vaqueros_26.html

martes, 8 de enero de 2013

¿Tú también Bruto?


Hace unos días un amigo me pasó una lista de las mejores películas del 2012 según el criterio de los críticos de cine de un blog que visita,  me hizo hincapié en César debe morir de los hermanos Taviani, a los que no tenía el gusto de conocer. En cuanto llegué a casa puse la copia que me había pasado, y un lujo, un soplo de aire fresco para lo que se hace en estos tiempos. Cine sin florituras. La peli se mueve entre la ficción y el documental, y trata sobre el montaje de la obra Julio César de William Shakespeare  que se realiza en el taller de teatro de una cárcel romana. Los ensayos de los presos y la representación final se mezclan con la vida cotidiana de la prisión. Los actores no son profesionales, son los propios presos.
Los convictos, tras vivir otras vidas y probarse otros nombres, tras meterse en la Roma del año 44 antes de Cristo interpretando a los conspiradores Casio y Bruto, a Marco Antonio y a Julio César, vuelven a la grisura y a la rutina de la vida carcelaria. Un película sobre la redención a través del arte, que invita a reflexionar sobre si la libertad es solo una cuestión de moverse libremente, o también de evadirse a través de la literatura el cine y el teatro traspasando los muros de una triste prisión.
 
Los presos ensayan en la prisión en Cesar debe morir 
de los hermanos Taviani.2012.
 

 Me quedo con lo que dice el preso que interpreta a Casio cuando vuelve a su celda después de la representación final. "Desde que me relacioné con el arte esta celda se ha vuelto una prisión". Viendo la peli me acordé de una novela de Jack London, El peregrino de las estrellas.
Es imposible ver Cesar debe morir sin recordar Julio César, la fiel adaptación del texto de Shakespeare que rodó Mankiewitcz en 1953. Así que la he vuelto a ver. Un peliculón, una obra maestra, mi película de romanos favorita, sin gladiadores, sin banquetes, sin cuadrigas rueda contra rueda, sin leones merendándose a cristianos, sin la pompa y el color al que el género nos tiene acostumbrados, pero con el potente texto de Shakespeare sostenido por un genial elenco de actores, una fotografía espectacular, y una cámara que juega con los primeros planos y con los picados y contrapicados para escudriñar a unos personajes atormentados. Para rematar, esos decorados salchicheros que acentúan el carácter teatral de la película. Inolvidable Marlon Brando interpretando a Marco Antonio y James Manson a Bruto. Después de ver Cesar debe morir de Taviani y Julio César de Mankiewicz uno tiene claro que Shakespeare está muy vivo.
 
¿Tú también Bruto? dice Julio César a su fiel amigo en el momento
de recibir de él la puñalada final .Julio César de Mankiewicz.1953.
 
 

 No las perdáis de vista. Saludos cordiales.

 

César debe morir(Cesare deve morire)

-Año: 2012

-Duración 76 minutos

-Director: Paolo Taviani, Vittorio Taviani

-Guión:Paolo Taviani, Vittorio Taviani (Historia: William Shakespeare)

-Música:Giuliano Taviani, Carmelo Travia

-Fotografía:Simone Zampagni

-Premios:
 
2011: 5 Premios David di Donatello, incluyendo mejor película y director. 8 Nominaciones

2012: Festival de Berlín: Oso de Oro mejor película

2012: Premios del Cine Europeo: 4 nominaciones, incluyendo mejor película y director

2012: Satellite Awards: Nominada a Mejor película extranjera

Julio César (Julius Caesar)

-Año: 1953

-Duración: 120

-País: Inglaterra

-Director:Joseph L. Mankiewicz

-Guión:Joseph L. Mankiewicz (Teatro: William Shakespeare)

-Música:Miklós Rózsa

-Fotografía:Joseph Ruttenberg (blanco y negro)

-Reparto:Marlon Brando, Louis Calhern, Deborah Kerr, James Mason, Greer Garson, John Gielgud, Edmund O'Brien

-Premios:1953: Oscar: Mejor dirección artística B&N. 5 nominaciones

1953: National Board of Review: Mejor película


 

sábado, 5 de enero de 2013

Haciendo balance


Ayer camino de la biblioteca municipal en la que me surto de libros y pelis, iba yo haciendo balance del 2012. En cuanto a andanzas literarias y cinéfilas la cosa no ha ido mal, he leído bastante, y he visto muchas películas. Además he abierto un blog que yo pensaba que iba a durar un mes y ya va para nueve, y encima, aparte de la familia y los amigos, me lee alguno más, mucho más de lo que esperaba y pretendía. La salud y el amor bien gracias,  de cuartos ni fu ni fa, bueno más fu que fa, aunque a pesar de los recortes y los afeites, todavía  tengo para comprarme un libro de vez en cuando, o para ir a la filmo, o para salir a comer con mi novia una vez al mes, o para tomar unas birras con los amigos. Si me quejo no es por mí, de momento la ruina del país no ha llamado a mi puerta y ha alterado mis rutinas, ya veremos. Si me quejo es porque gente a la que aprecio y gente que no conozco de nada, las pasa putas por culpa de lo de siempre y de los de siempre. Pero no me quejo aquí, esto es para otra cosa.
Cuando llegué a la biblioteca, en el rincón de la prensa había un suplemento cultural del mes de Octubre en cuya portada se afirmaba "Philip Roth es un Dios" el titular iba ilustrado con una foto del Sheriff de las letras.
Empecé a leer a Philip Roth el año pasado, pero llevaba años escuchando y leyendo sobre él; hay que leer a Philip Roth, Philip Roth es el puto amo, Philip Roth es el mejor juntaletras del panaroma mundial y del espacio interestelar conocido y por conocer, Philip Roth escribe que te rilas, Philip Roth se merece el Nobel de literatura, el de la paz, y el de física nuclear, es más, el Nobel le queda pequeño, hay que inventar otro premio que esté a su altura, cualquier lector que se precie tiene que leer a Philip Roth, ¿no me jodas que no has leído a Philip Roth?. Tanto me abrasaban con Philip Roth que acabó dándome una pereza brutal, y siempre lo dejaba para otro momento.
Con Philip Roth me pasaba como con la fruta, es buena, es saludable, hay que comerse una manzana sin pelar dos veces por semana porque son sanas, tienen fibra,  y te dejan el colon como los chorros del oro, lo sé, pero paso, pereza. Hasta que harto de tanto elogio y de tanto reproche, me fui a una casa del libro y me compré la trilogía americana que editó Galaxia Gutenberg en un solo tomo en 2011, y sí, tenían razón, el tío es bueno, de lo mejor que me he metido para el cuerpo este año recién caducado, desde entonces no he perdido de vista sus novelas, he leído ocho, unas me han gustado más que otras, pero el tipo nunca me ha decepcionado. Algunos critican que Philip Roth lleva veinte años escribiendo la misma novela, es verdad que en sus libros hay lugares comunes, Newark, la desmitificación de la identidad judía, el sexo, el puritanismo casposo de la sociedad norteamericana, el sueño americano hecho pedazos y demás, pero esos lugares comunes limitados a una comunidad siempre trascienden,  las novelas de Philip Roth tratan temas universales.



De todas formas si me dijeran que en una semana se iba a acabar el mundo, aparte de hacer lo obvio, no me volvería a leer Pastoral americana, sino Fortunata y Jacinta o El Quijote, solo faltaba. Aparte de leer a a Philip Roth he leído otras cosas este año, cosas muy recomendables que me han recomendado los amigos, o que he descubierto en otros blogs, o en la prensa, o con las que me he tropezado en la biblioteca.
Para terminar os voy a dejar una lista de algunas de las lecturas y relecturas de 2012 que más me han gustado y que recomiendo.

-La montaña mágica. Thomas Mann.1924.
- El gran Gatsby.Scott Fitzgerald.1925.
-Pastoral americana. Philip Roth.1997.
-Meridiano de sangre. Cormac Maccarthy.1985.
-Caligrafía de los sueños. Juan Marsé. 2012.
-Años lentos. Fernando Aramburu.2012.
-Todo está perdonado. Rafael Reig. 2011.
-Lo que no está escrito. Rafael Reig. 2012.
-La lluvia de los inocentes.Andrés Ibáñez.2012.
-Narrativa completa de Edgar Allan Poe.2011.
-Rayuela. Julio Cortázar.1963.
-Los pazos de Ulloa. Emilia Pardo Bazán. 1886.
-David Cooperfield. Charles Dickens.1850.
-Poesía completa. Víctor Botas.1999.
-Ligero de equipaje. Ian Gibson.2006.
-Agonizar en Salamanca.Luciano G. Egido. 2006.

Los propósitos para este nuevo año serán los de siempre, para qué cambiarlos si nunca los cumplo.El Ulises de Joyce sigue pendiente, se me resiste, es duro de pelar, no hay manera, lo cojo con ganas pero cada año me desinflo antes, este año antes de llegar a la página 30 lo dejé y me puse a ver El apartamento.
 
Feliz año nuevo.